En estado de alerta se encuentra ya Rioja Alavesa de cara al momento más importante: la vendimia. El envero, ese proceso de crecimiento y maduración de la uva que le hace cambiar de color, avanza y en aproximadamente tres semanas los viñedos de ... Lapuebla de Labarca, Oion o Moreda serán algunos de los primeros donde se recojan las variedades tintas. Aunque para las blancas quizá no haya que esperar tanto tiempo y en los primeros días de septiembre ya empiecen a entrar en los remolques.
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«Estamos ya en los momentos importantes, en la recta final y esperemos que no haya más sobresaltos», coincidían este miércoles viticultores consultados. Porque la preocupación habita en todos ellos desde hace tiempo y crecerá a medida que se acerque el inicio de la vendimia. A los problemas ya conocidos de cada campaña como los daños por las granizadas y por el mildiu se suma en esta ocasión el Covid-19 y sus efectos que han hecho desplomar las ventas de vino «y ahora nos pueden rematar en caso de que haya muchos contagios y nos veamos en la obligación de aislar al personal», añaden. Incertidumbre es otra palabra que emplean permanentemente los hombres del campo en Rioja Alavesa, «se avecina una de las cosechas más complicadas».
Y con menos uva en los viñedos, por la alta incidencia del mildiu y del oídio -dos hongos que atacan a las cepas- o por las consecuencias de las tormentas que arrasaron parcelas. «Es de resaltar la gran merma de rendimientos que se producirá esta campaña en viñedos ecológicos en los que los tratamientos difícilmente han sido capaces de contener el mildiu en las condiciones tan agresivas que se ha presentado», detalla el último informe de la Diputación sobre la situación del viñedo. Sin embargo, la sanidad de la uva «está bajo control aun cuando la reducción de rendimientos ha sido inevitable».
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La maduración también varía mucho de una localidad a otra y donde hay racimos sueltos y estirados y producciones moderadas -también ha habido viticultores que han optado por prescindir de uva en un año donde parece que no habrá una excesiva demanda- los ciclos van más avanzados.
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«A partir de ahora necesitamos ya días de septiembre», aseguraba un viticultor de Elciego, soleados pero sin excesivo calor y con noches frescas que ayuden a la maduración, «y sobre todo que no haya humedad».
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja hacía público también este miércoles su primer control de maduración en el que analizaba la situación en la subzona de Rioja Oriental -antes Rioja Baja- y concluía que hay una semana de retraso en comparación con la vendimia de 2019. El estado sanitario del fruto es «bueno» y parece tener «algo más de peso».
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En esa comarca en el límite de las comunidades riojana y navarra comenzó la semana pasada a recogerse las primeras uvas blancas porque hay variedades como tempranillo, sauvignon o chardonnay ya en situación de vendimia. Los servicios técnicos del Consejo Regulador recomiendan en las próximas semanas «mantener la actual intensidad de vigilancia» del viñedo, así como prestar «especial atención a la evolución de la acidez» de la uva.
89 millones de kilos de uva se recogieron en Rioja Alavesa en la última vendimia, que fue de gran calidad -la añada se calificó de «excelente»- pero con un 20% menos de cantidad que en 2018. Para esta cosecha las normas fijan un máximo de 5.850 kilos de uva tinta por hectárea (un 10% menos que hace un año).
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