Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sentados en los bancos del templo, rodeados de símbolos cristianos y minutos antes de que se celebre misa, los vecinos del pueblo vitoriano de Mendiola decidirán el domingo en asamblea sobre el futuro de la cruz de Olárizu. Los asistentes a la reunión votarán en ... la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora sobre la posibilidad de asumir la propiedad del monumento que corona el monte -como adelantó ayer en exclusiva EL CORREO- y, por lo tanto, disponer de la capacidad legal para decidir sobre su posible derribo, como ya plantearon en agosto de 2018 por considerarlo «un símbolo franquista cuyo tiempo ya ha pasado». Una opinión que, sin embargo, no coincide con los estudios realizados por distintos historiadores locales.
Portavoces del Obispado de Vitoria confirman que desde que se inició la pandemia se ha cedido la parroquia como centro de reunión para los vecinos y así cumplir con las limitaciones de aforo que impone el Covid. Este domingo no se hará ninguna excepción y se volverá a permitir «para proteger la salud y evitar contagios» entre los asistentes. «Aunque si es cierto que se juntan para decidir derribar la cruz de Olárizu supondrá una gran decepción y una falta de consideración a nuestra buena voluntad», lamentan los representantes de la institución que preside Juan Carlos Elizalde, que abundan en que la retirada de este símbolo del suroeste de la ciudad significaría «una gran vulneración» a la fe de los cristianos.
A esta asamblea están convocados todos los vecinos de Mendiola, menos de 200, aunque habitualmente el número de asistentes es bastante más limitado, comentan distintas fuentes consultadas, por lo que el interés de la presidencia del concejo no tiene por qué coincidir con el de la mayoría de sus residentes. El acuerdo que estudiarán y votarán supone la resolución de un supuesto procedimiento de investigación sobre la situación jurídica y titularidad de este monumento, donde se plantea que al estar ubicada «sobre terrenos de titularidad de este concejo» son propiedad de la entidad local «a todos los efectos oportunos».
El alcalde, Gorka Urtaran, ya ha dejado claro que nunca dará licencia para demoler el monumento. «Cualquier derribo conlleva una petición de licencia que se debe argumentar y justificar, y no se me ocurre qué interés general puede haber frente a este símbolo. Se erigió por suscripción popular a iniciativa ciudadana, familiar y forma parte del patrimonio vitoriano que debemos respetar y conservar», subrayó el regidor. Tanto él como el grueso de los historiadores niegan que se trate de una obra «franquista».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.