Vecinos y comerciantes de Arana viven «con miedo» a unos okupas conflictivos

En los últimos días, miembros de la agrupación del barrio -que no ha querido pronunciarse hasta que se celebre el encuentro- han pegado carteles en paredes y portales para animar a los residentes a asistir a la reunión. El orden del día es claro:«Exposición de los problemas detectados y situación actual» y «medidas y contactos acordados y tomadas hasta la fecha». Porque con anterioridad a este paso definitivo se ha llegado a hablar con los okupas para tratar de reconducir la situación, pero sin éxito.

Este periódico ha recorrido el barrio para recoger la opinión de los vecinos y dueños de los negocios. Desde el anonimato, coinciden en que «el problema no es que vivan como okupas, es una situación límite a la que habría que buscar una solución; pero sí que estén generando problemas para el barrio». Y es que, tal y como comentan, «la Policía tiene que venir día sí, día también. Todos sabemos quiénes son».

Robos en camarotes y tiendas

Uno de los puntos calientes es la calle Extremadura, donde están localizadas dos lonjas okupadas. Residentes de esta zona relatan algunos de los episodios que les han tocado vivir en sus propias carnes. «A un vecino de mi portal le entraron a robar al camarote». Y algunas familias vigilan desde la ventana la llegada de sus hijos a casa. «No sabes si se van a colar en el portal. Mi hija viene con el 112 marcado en el móvil», confiesa una madre. Asimismo, también cuentan cómo «algunas bicicletas han desaparecido de la calle».

El sentir es compartido entre los comerciantes. El encargado de una tienda muestra su enfado al recordar el robo que sufrió en agosto. «Se llevaron el dinero que había en la caja». El objetivo fue idéntico en una panadería, aunque sin éxito. «Entraron por una ventana y a los pocos segundos se marcharon porque no había dinero, cuando se cierra se vacía. En la huida uno se cortó y las cámaras le cazaron». Los hosteleros también han sufrido sus ataques. «Incluso te entran al baño y te roban hasta el papel higiénico», cuentan.

La preocupación cruza fronteras. Desde los barrios colindantes como Judimendi y Santa Lucía, que adelantan que acudirán a la reunión, siguen con atención las medidas que se adopten y la evolución del problema. Yes que, temen también que estos episodios conflictivos puedan trasladarse hasta sus calles.

Al margen de conseguir atajar estos casos, en el barrio de Arana reclaman ir al origen y adoptar acciones contra el «abandono» de algunas calles. «No hay más que lonjas en alquiler, eso deja una imagen de descuidado». Por lo que exigen medidas para reactivar el distrito.