La emoción por ser parte de este momento histórico donde avanzamos como Humanidad... Y al mismo tiempo, esa reticencia a ponerse la inyección de la farmacéutica AstraZeneca cuando se sabe que hay alternativas. Porque quién no empatiza con el miedo a vacunarse de, pongamos el ... caso, un familiar suyo con historial de trombosis. Por si le pasa de nuevo. No es fácil a nivel emocional. Muchos se preguntan sobre las vacunas, y más sobre ésta en particular. Albergan cierto temor. La mejor forma de combatirlo es a través de transparencia, datos y pedagogía, en eso andan la comunidad científica y los políticos.
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Los expertos dicen hasta la saciedad que tener Covid-19 conlleva un riesgo tromboembólico mucho más importante que vacunarse con AstraZeneca, donde peligro hay, pero es ínfimo. También argumentan que no conocemos las contraindicaciones de otros medicamentos más usados y pese a todo los tomamos. Y recuerdan que no vacunarse puede salir caro.
Hay quienes terminan cediendo, porque con la que ha caído y está cayendo creen que no es justo estar sumidos en un mar de dudas. Dejar a un lado el miedo y la obsesión y acudir a inocularse cuando, por edad, les ha correspondido, ya sea con la vacuna anglosueca que está en el ojo del huracán, es lo que han hecho los ocho protagonistas de este reportaje, caras muy conocidas para los vascos. Algunos lo hicieron, confiesan, con el susto instalado en el cuerpo, pero ahora no pueden disimular mostrarse agradecidos por la tranquilidad de saberse ya casi inmunes al Covid-19.
Contentos porque, en la lucha con el enemigo invisible, ellos no sólo tienen un pie al otro lado de virus, sino que ya salvan vidas. Y convencidos de que, después de un año de pandemia y semiencierros, prima más el bien común que el interés propio y rechazar ser vacunados es una locura. Hay que creer en la ciencia, coinciden. No dar la espalda a las evidencias, ayudar a parar la propagación del Covid-19.
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Además de informarse frente a las reacciones adversas, no hacer caso de opiniones de procedencia dudosa y no dejarse confundir. Remar todos a una para poder hacer frente a la pandemia. Un pasito más hacia la normalidad. Para que pronto, como ellos, todos podamos volver a disfrutar libres.
Josean Querejeta | Pte. Baskonia-Alavés
Josean Querejeta, presidente del grupo Baskonia-Alavés, recibió la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca hace un mes en el vacunódromo de Lakua. «Me correspondía por edad y no he tenido ningún tipo de síntoma», explica a sus 64 años, convencido de que la solución a la pandemia pasa porque todos pongamos de nuestra parte. «Con independencia de alguna anomalía que pueda haber, todas las vacunas son buenas y hace falta que la gente se vacune cuando le toque para que podamos ir saliendo de esta situación», pide a la sociedad.
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Al empresario le corresponde recibir el segundo pinchazo a finales de junio, con la llegada del verano. «Ojalá tengamos suficientes vacunas para poder disfrutarlo», desea. Hasta entonces pide acatar las medidas sanitarias. Con el baloncesto y el fútbol todavía sin público, admite que observa situaciones que le sorprenden.
«Nos llama la atención ver conciertos donde se permite que haya gente, partidos del Conde de Godó con mucho público… Se dan contradicciones en recintos abiertos y cerrados, pero hay que confiar en que si se toman estas medidas es porque las autoridades entienden que es lo mejor», asegura. Y es que Querejeta echa de menos el calor del público en los estadios. «Es una parte fundamental de este espectáculo».
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Juan Carlos Elizalde | Obispo de Vitoria
El obispo Juan Carlos Elizalde recibió la llamada de Osakidetza para vacunarse la semana pasada pero aún no le han inoculado el primer pinchazo. El prelado se encontraba en Madrid para participar en la asamblea de la Conferencia Episcopal. «Me dijeron que me volverían a llamar para fijar otra fecha lo antes posible y estoy pendiente», explica ilusionado ante la posibilidad de recibir el fármaco. Monseñor Elizalde, de 60 años, reside con su madre, de 88, y cree que su vacunación les aportará más tranquilidad. «Aunque ella ya ha recibido las dos dosis, ésta es una seguridad más», plantea.
La mayoría de sacerdotes y religiosos ya están vacunados en el territorio alavés y la Diócesis ha podido comprobar la efectividad de la campaña de inmunización. «El resultado entre los mayores y las residencias está siendo muy bueno, y eso es una garantía. Confío en los investigadores y en las autoridades sanitarias».
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También sigue de cerca los avances del CSIC y la investigación del virólogo Luis Enjuanes. «Podría lograrse no contagiar ni transmitir la enfermedad. Esas posibilidades me llenan de una esperanza que comparto con los sacerdotes y la Diócesis», subraya.
«Compruebo que gente que inicialmente se negaba a vacunarse está dando el paso a la vista de los resultados», celebra.
Juanito Oiarzabal | Montañero
El montañero Juanito Oiarzabal (Vitoria, 1956) estuvo 22 días hospitalizado entre enero y febrero tras sufrir una neumonía bilateral causada por la covid-19. Fueron días «durísimos», explica en conversación telefónica desde Nepal, a causa de los antecedentes que tiene a raíz de las dos embolias pulmonares que sufrió en 2016. Oiarzabal es el sexto hombre del mundo en subir los 14 'ochomiles' que hay en el planeta y el tercero en hacerlo sin ayuda de oxígeno adicional. Además, fue la primera persona en escalar en dos ocasiones las tres cimas más altas (Everest, K2 y Kangchenjunga). En el momento en que escribimos estas líneas, hace trekking con unos clientes en las faldas del Everest. «El 30 de marzo, día de mi cumpleaños, recibí la grata noticia de que me vacunaba el 31 con AstraZeneca. Hablé con mi médico de cabecera y dio el visto bueno. El maravilloso trato que yo recibí con mi neumonía ha servido para confiar plenamente en todas las sugerencias que nos transmiten los sanitarios y los científicos. Estoy feliz de haber sido uno de los privilegiados y animo a todo el mundo. Míreme, radiante en plena montaña», señala. El 5 de junio recibirá su segunda dosis. «A los negacionistas no les voy a tratar de convencer, la pena es que ellos todavía pueden contagiar», lamenta.
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Joseba Segura | Obispo de Bilbao
Le convocaron a través de un SMS el Viernes Santo y se vacunó el Domingo de Resurrección en el pabellón de La Casilla. «Nadie me reconoció, pero alguien miró con extrañeza al ver mi atuendo al quitarme el jersey», asegura el obispo Joseba Segura (Bilbao, 1958). Al día siguiente sintió «un cansancio fuerte y durmió once horas de un tirón. «Con AstraZeneca hay mucha especulación y mucho comentario que no se justifica. Para mí, el problema con las vacunas está en aquellos sitios donde no las hay. Yo he vivido muchos años en Latinoamérica. Sé de primera mano que tanto en Perú como en Ecuador la pandemia ha sido una tragedia terrible y ahora no saben ni dónde, ni cuándo ni cómo se les va a vacunar. Si pudiera llegar AstraZeneca allí o la vacuna que sea, estarían encantados», advierte. Segura no cree que haya motivos para «sospechar de la comunidad científica. Yo diría a los que les toca AstraZeneca que vayan tranquilos. Que piensen que tienen el privilegio de ser vacunados porque les ha tocado mientras en otros sitios no es así. Esa es la gran cosa que tenemos aquí, que el Sistema de Salud pública funciona y que tenemos recursos para poder comprar y distribuir las vacunas». Así y todo, Segura es de la opinión de que «el miedo hay que respetarlo siempre».
Fernando Lamikiz | Expresidente Athletic
A Fernando Lamikiz, que fuera presidente del Athletic entre los años 2004 y 2006, el covid le ha dado bastantes sustos durante los treces meses que dura ya la pandemia. Ha tenido compañeros de su bufete de abogados que lo han pasado, así como amigos y familiares cercanos. Algunos de ellos han sido pacientes UCI, aunque ahora están bien, y ha tenido que lidiar con la preocupación de ver cómo tres de sus hijos también se infectaban, aunque sin graves consecuencias.
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Estaba por tanto perfectamente concienciado de que cuando le llegara el turno se iba a vacunar. A sus 62 años le llamaron hace tres semanas y acudió raudo a recibir la primera dosis del inmunizador de AstraZeneca, polémico por el riesgo de generar trombos, aunque éste sea ínfimo. «No me lo pensé ni una décima de segundo», asegura Fernando Lamikiz, que está ahora encantando. «Yo no soy experto en estos temas y hay que hacer caso a los expertos. No hay que tener dudas sobre la vacuna porque está documentado que los riesgos son mínimos».
«Esta vacuna se la han puesto a millones de personas y ha habido porcentualmente muy pocos problemas», así que el expresidente del Athletic anima a todo el mundo que le toque a ponérsela.
Loli Astoreka | Actriz
Ni dolor por el pinchazo, ni fiebre, ni cefalea, ni cualquier otro signo. La actriz Loli Astoreka (Bilbao, 1958) no sintió nada el día de la inyección ni ha tenido efectos adversos a posteriori. Cuenta con qué ánimo se presentó a su cita en el pabellón de La Casilla aquel domingo de abril, en plena Semana Santa. «La gente había metido mucho miedo con respecto a AstraZeneca y, la verdad, tenía mucha inseguridad. Yo fui allí muy temerosa, porque ese mismo día justo se dio a conocer que AstraZeneca se iba a retirar de los planes de vacunación. Luego el asunto ha ido dando vueltas. Pero llegué a la conclusión de que confiaba más en la vacuna que en todos los bulos que había estado escuchando y que aún circulan y tengo que decir que a mí me ha ido muy bien hasta el momento y que estoy agradecida por tenerla». Para esta mujer curtida en teatro, cine y televisión desde muy joven, «esta vacuna es tan válida como las otras». Está «firmemente convencida de que hay que vacunarse para llegar a una normalidad» aunque, conocedora de que es una «imagen pública» y de que «a alguien llego», no quiere «entrar en el negocio de a favor o en contra» ni erigirse en «referente», porque para eso están los expertos. «Si tengo que transmitir algo es que hay que dejarse de tonterías y confiar en la ciencia».
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Ana Zubiaga | Genetista
Ana Zubiaga (Forua, 1959), catedrática de genética e investigadora en la Universidad del País Vasco, además de profesora y notable divulgadora, acudió a ponerse la vacuna de AstraZeneca (ATZ) «contentísima». «Los posibles trombos que en una proporción infinitésima pueden darse seguramente son ciertos, a tenor de los resultados. Pero no sé hasta cuántos sabemos de lo que hacen otras vacunas, es posible que también haya unos efectos secundarios que no se han seguido con la lupa puesta como sí ha sido en AstraZeneca», sostiene. Zubiaga llegó al gran día sin dudas. Hizo cálculos «con lo que he ido leyendo en los periódicos». Estudió las probabilidades de trombo a su edad, las de acaba en la UCI y las de morirse «y en esa relación riesgo-beneficio salía mucho mejor parada la de los beneficios que el riesgo en una ratio de entre 200 a 2.000», ilustra. La vacuna le originó dolor de cabeza y náuseas el primer día. Desde entonces se ha hecho un «seguimiento» en casa. «Observo cada día si hay algo diferente en mí. Dolor de cabeza, si se me hinchan los pies... Es importante hacerse este 'autochecking' como lo haríamos con cualquier medicamento que tomamos por primera vez». «Lo maravilloso es que en junio tendré la otra dosis e igual me puedo ir de vacaciones este verano».
Luisa Etxenike | Escritora
«Primera reflexión un mes después de vacunarme: muy consciente de lo que supone estar vacunada con la amenaza del covid», comienza la escritora Luisa Etxenike (San Sebastián, 1957). «Cuando me vacuné había salido la información acerca del riesgo de trombos. Sólo puedo concluir que somos personas adultas que asumimos una serie de riesgos, sabemos que muchos medicamentos que tomamos tienen una serie de riesgos, que no nos impiden tomarlos porque sabemos que el beneficio que vamos a obtener es mucho mayor pero es que en este caso además esos efectos secundarios son muy remotos. Hay que pensar que el riesgo cero no existe en nada». La novelista dedicó un tiempo a informarse de «los signos que podía tener en caso de que pasara esa complicación, más que nada para saber actuar con prontitud». Pasó, explica, quince días «alerta». «En cualquier caso, mi recomendación es que la gente se vacune, es importante estar vacunado para uno y para los demás. Los virus siguen circulando en personas no vacunadas. Y lamento que se escuchen mucho menos las voces científicas que las voces políticas y mediáticas. El discurso científico está diciendo claramente que hay que ir a la vacunación. En lugar de contrarrestarse, el miedo se está jaleando en algunos ámbitos».
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