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El Gabinete Urtaran había fijado «febrero de 2023» como fecha para la aprobación inicial del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el documento que dibujará las líneas de la Vitoria del futuro y cuya revisión acumula décadas de retraso. El Gobierno local mantiene esa previsión ... y prevé dar hoy ese primer paso para sacar adelante la herramienta de mayor rango urbanístico de la ciudad, el 'libro gordo' que marca las reglas de juego y la expansión urbana. Un proceso que todavía deberá someterse a debate en la correspondiente comisión municipal y culminará con la aprobación definitiva en el pleno, donde el ejecutivo PNV-PSE, que gobierna en minoría, necesita del apoyo de al menos un partido de la oposición para lograr luz verde para el plan.
Pese a no tener aún un pacto garantizado, el equipo de gobierno sigue adelante con los plazos, que han venido avanzando tanto el alcalde como la concejal de Territorio, Ana Oregi. Todo ello tras unos meses de reiteradas críticas lanzadas desde la oposición y después de que su socio presupuestario, Elkarrekin Podemos (con el que esperaba dar el 'ok' al Plan General), dejara en suspenso el acuerdo urbanístico cuando el alcalde puso sobre la mesa la posible construcción de una carretera en el Sur. De hecho, desatascar los problemas de tráfico en esta zona sin comprometer el Plan General es uno de los desafíos del Gabinete Urtaran.
Por su lado, EH Bildu y el PP vienen mostrando sus dudas sobre la capacidad del ejecutivo de sacar adelante el documento. Según lo que vienen manifestando, los primeros creen que la propuesta presentada hasta ahora se queda corta en varias cuestiones, pese a tener voluntad de diálogo. Desde la formación conservadora se han mostrado muy distantes. Ahora, a falta de cuatro meses para las elecciones municipales, habrá que ver si el ejecutivo logra amarrar un acuerdo y si ha retocado su propuesta para atraer ese pacto.
De acuerdo con la documentación presentada hasta ahora, y salvo que el ejecutivo desvele hoy modificaciones, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana contempla que Vitoria sume «hasta 25.000 nuevas viviendas sin consumir más suelo» y «1,3 millones de metros más de suelo industrial». De acuerdo con lo avanzado por el alcalde, se propondrá la desclasificación de 25 sectores. Eso implicaría la paralización de los polémicos chalés en Uleta. El regidor ha mantenido que, según los informes jurídicos y salvo en unos pocos casos, esto no supondría el desembolso de indemnizaciones por parte del Ayuntamiento.
Con el objetivo de lograr una «ciudad compacta y cohesionada» y «reducir el suelo urbanizable», la nueva versión del PGOU aborda proyectos estratégicos como la expansión de Mercedes, el uso que se le daría al espacio liberado por el soterramiento y los terrenos de URSSA.
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