![El único nenúfar autóctono de Álava se salva de la extinción](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/12/media/cortadas/Imagen%20NENUFAR-002-kCzB-U170390905682VHB-1248x770@El%20Correo.jpg)
![El único nenúfar autóctono de Álava se salva de la extinción](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/12/media/cortadas/Imagen%20NENUFAR-002-kCzB-U170390905682VHB-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Poco después de bajar el puerto de Azáceta, en un pequeño oasis húmedo entre Vírgala Mayor y Apellániz se encuentra una pequeña laguna en medio de los campos de cereal. Un remanso de paz y de descanso para la fauna en el que, además, se ... encuentra una rareza: el nenúfar blanco. Esta especie vegetal, 100% autóctona de Álava, antes poblaba extensos espacios de ribera junto al Zadorra. Hoy el único reducto en el que subsiste la amenazada planta es en esta laguna, la de Onaldina.
«Esta dividida en dos vasos. Empezó a desaparecer de uno de ellos», señala Agustí Agut, conservador del Jardín Botánico, que no se atreve a señalar a una sola causa. «La laguna se nutre de una surgencia de agua limpia que viene del subsuelo. Quizá una de las dos balsas está más expuesta a que el agua se 'ensucie' con la escorrentía, que trae abonos y fertilizantes de las tierras más próximas». Una contaminación que también pudo estar detrás de la desaparición del nenúfar del Zadorra. «Antes no se hacía una vigilancia tan exhaustiva de los vertidos de la industria», reflexiona.
Desecar el terreno enel que sobrevive para roturarlo y convertirlo en un patatal más, habría significado el adiós definitivo a esta especie en serioriesgo de extinción. Y el cambio climático, con sus temperaturas más altas y sus precipitaciones más escasas, pueden ser fatales. «Todo eso hacía si cabe más urgente actuar», concluye.
Hoy su blanca flor cuenta con un seguro de vida: las cerca de 250 semillas que el Centro de Estudios Ambientales (CEA) ha germinado y conserva en el banco de germoplasma del Parque Botánico de Olárizu. Gracias al trabajo de los especialistas hoy los vitorianos pueden conocer esta singular planta acuática que ya han repartido por lugares tan emblemáticos de la ciudad como el humedal de Salburua. «Las hemos puesto en la balsa de Betoño y de momento están respondiendo muy bien», incide el experto, que también las ha ubicado en la Casa de la Dehesa de Olárizu o en Ataria.
Pero la meta final es bastante más ambiciosa. «El objetivo es que reintroducir la especie en el Zadorra», asegura Agut, convencido de que en un futuro, en un acuerdo con el resto de instituciones fuera del ámbito municipal, podrán trasladar esta especie a otros humedales del territorio.
Mientras tanto, el lugar, muy próximo a la capital alavesa, que se ha convertido en refugio y laboratorio del CEA para la recuperación de otras especies extinguidas es el puerto de Okina, en los Montes de Vitoria. Allí han plantado, por ejemplo, 96 individuos y esparcido unas 8.000 semillas de 'arnica montana'. Su uso medicinal la hizo desaparecer por completo del territorio. «Fuimos al Gorbea y no pudimos encontrar ni una. Tuvimos que pedir permiso a la Diputación de Gipuzkoa para poder coger algún individuo en Aralar», recuerda.
Y es que hasta no hace muchos años era una planta muy codiciada por sus propiedades medicinales. «Se suele emplear para cremas que alivian contusiones y la hinchazón tras un golpe», explica. Tampoco es la única planta con valores farmacológicos que han rescatado. 80 ejemplares y 14.000 semillas de 'gentiana lutea' son también nuevos vecinos de Okina. Por suerte, no hubo que buscarlas tan lejos. «Las encontramos en el parque de Aizkorri-Aratz, muy cerca de la muga, pero en la vertiente alavesa». Endémica del noroeste de la península, «se suele usar para hacer tónicos digestivos y para dar gusto amargo a algunas bebidas».
Por contra, pese a que estas sí se pueden encontrar en otros países, la 'genista micrantha' sí es un endemismo ibérico tan solo común al norte del Sistema Ibérico y en áreas del Cantábrico Oriental como el Gorbea. De allí salió la colecta gracias a la cual esta planta volverá a los Montes de Vitoria. «Esta especie ha desaparecido por el abandono de la ganadería extensiva». Una vez la pradera empieza a convertirse en el principio de un bosque, se ve desplazada por otras».
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