Los últimos cinco puestos del Mercado del Ensanche de Vitoria cerrarán el 28 de febrero

Florent Ringtoumda, el propietario de la Carnicería Tomás, explica que el día 28 tendrá que entregar las llaves de su comercio. «Nosotros le preguntábamos al dueño si iba a renovar el contrato y él nos decía que teníamos que esperar hasta el último momento». Ese último momento llegó hace dos semanas, cuando la empresa Sucesores de Balugera, propietaria del inmueble les comunicó que no iba a renovarles el contrato de alquiler. «Como había rumores de que no nos iban a renovar decidimos tomar precauciones. Los operarios están apurando los detalles para trasladarnos a la calle Coronación», añade Ringtoumda.

Y no se irán solos. María Cobo es la propietaria de la charcutería del mercado «de toda la vida». Lleva «trentaimuchos» años despachando en el mismo local e indica que «nos trasladamos juntos y queremos hacer un mercado pequeño». Este tipo de locales saben de la importancia de cuidar de su clientela y por eso no están dispuestos a dejar de atender ni un solo día. «El mismo día que salgamos de aquí abriremos en Cornonación. Aunque no tenemos muy clara la fecha, será a finales de febrero». De esta manera, varios carteles anuncian el traslado: «Nosotros lo vamos recordando porque siempre hay gente que no se entera».

Azeddine Taber es el propietario de la pescadería que también se mudará a Coronación. Tras casi diez años llevando el mar a la mesa sus clientes, no sufre por tener que mudar su lugar de trabajo. «Mejor cambiar de sitio. Tal y como está esto no vale la pena», dice mientras señala los puestos cerrados a su alrededor. Se trata de un comercio que resiste frente a las multinacionales: «No tenemos problemas a la hora de competir con las grandes superficies. Tenemos clientes fijos, sobre todo gente de África o Ámerica Latina, además de unos precios razonables». Su pescadería se apoya en un modelo de negocio cercano. «Estamos como familia», apunta.

Isabel Guerrero, de la Carnicería Juanma también se muda, aunque no con el resto de sus compañeros. Ella irá a la calle Domingo Beltrán, 31, «frente al Lidl», concreta. Para la mujer era un secreto a voces que el Mercado del Ensanche iba a cerrar y según dice, «lo sospechábamos desde hace un año, porque los contratos se acababan y nos hicieron firmar a todos el mismo día de finalización. Nos llamaron de manera individual a cada uno, pero luego nos dimos cuenta que todos tenían la misma fecha».