Dos técnicos supervisan la apertura de compuertas en Ullibarri. Igor Aizpuru

Ullibarri aumenta el volumen de vertido y Urrunaga turbina a su máxima capacidad

La Confederación Hidrográfica del Ebro prevé nuevas precipitaciones y abre hueco en los embalses ahora que los ríos Zadorra y Arratia están más tranquilos

Jueves, 29 de febrero 2024, 13:26

Una vez superado el riesgo de inundaciones en la cuenca del Ebro a su paso por Álava y en previsión de la llegada de nuevas precipitaciones «con relativa regularidad», la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha ordenado a Iberdrola que aumente el volumen de vertido ... del embalse de Ullibarri-Gamboa y que Urrunaga turbinen agua a su máxima capacidad (con los dos grupos disponibles) hasta la central eléctrica de Barazar, que a su vez desembalsa agua en el río Arratia. Se trata de hacer hueco en los dos pantanos ahora que las aguas han vuelto a su cauce habitual en el Zadorra a la altura de Abetxuko y en el Arratia. Ullibarri ya estuvo todo el día de ayer desembalsando a un ritmo de 30 metros cúbicos por segundo y pasa ahora a 40. «Ante la previsión de precipitaciones para los próximos días en el entorno de Ullibarri, visto ahora que el Zadorra puede recibir un caudal mayor sin generar afecciones, la CHE dará la instrucción de subir el desembalse», explica la Agencia Vasca del Agua URA.

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El martes y en solo tres días, el embalse de Ullibarri-Gamboa, el mayor de Euskadi, el que abastece a Vitoria y Bilbao, pasó de estar al 77,5% de su capacidad a llegar a 88,8%. Pero pese a que la borrasca había hecho que el agua se aproximara de forma acelerada a su curva de garantía, el pantano había mantenido cerradas sus esclusas debido a la situación de los ríos. En cuanto llegó cierta calma a los cauces, la CHE ordenó el desembalse, que fue primero de 16 metros cúbicos por segundo. Se han abierto tres de sus siete puertas.

Desde el domingo y hasta el martes, cuando algunos de los ríos de la cuenca del Zadorra se salieron de su cauce ordinario dada la gran cantidad de agua que llevaban, las compuertas tanto de Ullibarri como de Urrunaga, el hermano menor de este sistema, permanecieron cerradas para evitar que todo ese volumen de agua agravara más la situación. Así, los 100 metros cúbicos por segundo de caudal que alcanzó el río en Abetxuko en esos momentos procedían exclusivamente de la lluvia y de los afluentes. En cuanto las precipitaciones amainaron, se procedió al desembalsado.

Esa agua que sueltan los embalses, recuerdan los técnicos de la Agencia Vasca del Agua URA, supone el 62% del cauce del Zadorra. El resto viene de lluvias y de otros afluentes. Las vaguadas inundables, las pantallas de tierra y vegetación y otras actuaciones a lo largo del río reducen los riesgos de inundación y en la mayoría de ocasiones evitan que, ante situaciones extraordinarias de grandes lluvias o deshielos, el agua llegue a la ciudad.

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Todo esto ha funcionado ante la entrada el lunes por la tarde de una borrasca que llegó a dejar hasta 126 litros por metros cuadrado en 24 horas en algunos puntos de la provincia.

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