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Una mejor campaña. Esa sensación se transmite en las 350 hectáreas dedicadas a las plantaciones de patata que se encuentran en Álava asociadas a Udapa y en las que empezaron la semana pasada con la recolección. De hecho, las previsiones son alentadoras. Desde la cooperativa ... avanzan que se esperan recoger 13.500 toneladas, lo que supone un 15% más que en el año anterior.
«El año pasado fue malo y hace dos años fue excepcional», apunta Sáenz de Cámara, gerente de Udapa, que confirma que las expectativas son positivas sobre todo en comparación con el ejercicio más reciente. Con un verano menos cálido se espera que la calidad de ese producto tan arraigado a nuestro territorio se mantenga. «Aunque ha sido caluroso, no ha sido tan atípico como el año pasado». Antes de que cierre septiembre esperan cerrar la recogida si la lluvia no lo impide.
Como siempre, los agricultores se mantienen atentos a las previsiones meteorológicas y tienen el ojo puesto en las fechas más próximas. «Esperamos que estas tormentas de fin de semana no afecten mucho», contempla Sáenz de Cámara, Por su parte, la afección que tuvo el pedrisco de julio en los campos no ha sido demasiado fuerte. «Nos hemos salvado porque ha tocado solo a una pequeña extensión».
El año pasado se recogieron 10,8 toneladas, lo que supuso una producción menor de la esperada en parte debido a la sequía e influyó en los precios. Con los costes disparados y en un verano menos seco, éstos se mantienen elevados. Desde Udapa ponen como ejemplo lo que ocurre en otras comunidades autónomas. En Castilla y León, segunda región donde más se produce por detrás de Galicia, «ahora están recolectando y los precios están siendo como un 70 o 80 % mayores que un año normal». Debido a que todavía quedan unas semanas de recogida, «todavía es pronto para vaticinar» qué cifra rondará el kilo.
La cooperativa –que cuenta en agosto con alrededor de 150 trabajadores– vuelve a apostar por la variedad 'Monalisa' como la predominante entre las plantaciones y «estandarte de la patata de Álava» con el sello Euskolabel y con la que se trabaja en los campos de la provincia desde hace 30 años.
También son ya clásicas 'Colomba', 'Lucinda' o 'Agria'. A ese catálogo se han sumado en los últimos años dos variedades apodadas con un nombre mucho más local. 'Edurne', «más de consumo doméstico y buena tanto para el frito como para cocer», y 'Beltza', caracterizada por su tono. «De carne morada. Sirve también para hacer preparaciones distintas y dar un toque distinto a cada plato».
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