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Se rasca la oreja con la pata trasera. Echa una meadita territorial en un arbusto. También empieza a ladrar como un poseso –cómo diantres algo tan pequeño puede gruñir de ese modo– y enseña el colmillo al cruzarse con otro macho por la acera. Vamos, que 'Pipper' es un perro bastante corriente. Quizás algo más espabilado que el resto de chuchos, pero desde luego no le llega al hocico a Rin Tin Tin, Rex (un policía diferente) o Milú, las estrellas más brillantes del 'star system' perruno. Y, sin embargo, la gente le para por la calle para pedirle selfies. Más de 32.000 personas lo pasean en las redes sociales, donde su dueño, Pablo Muñoz Gabilondo, cuenta su viaje por España para reivindicar el turismo con mascotas. Ayer hizo parada y fonda en Vitoria, «una ciudad sorprendentemente 'dog friendly'».
Como quien hace la maleta, cerró el transportín en mayo, sin olvidarse de su pelota y de Gustav, un buitre de peluche del que no se separa, para emprender camino. Al otro lado de la correa, Pablo, un periodista donostiarra de 45 años que decidió recorrer España con su Parson Russell Terrier para concienciar sobre las dificultades de viajar con mascota en nuestro país. «A pesar de ser la segunda potencia turística del mundo, todavía estamos muy retrasados con respecto a otros lugares a la hora de, por ejemplo, alojarte con tu perro: sólo el 16% de los hoteles españoles lo permiten mientras que en la media europea alcanza el 40%», sostiene el orgulloso dueño de 'Pipper'.
En Internet. Pablo Muñoz Gabilondo relata su viaje por etapas en la web www.pipperontour.com y en las cuentas en Instagram, Facebook y Youtube.
Un año. El objetivo del periodista es recorrer toda la geografía nacional, de Vitoria a Canarias para descubrir lugares que permitan su visita con una mascota. «Me documento antes de llegar a cada ciudad y me ayudan los comentarios en las redes sociales», sostiene.
Sin embargo, el del alojamiento no es el único problema que tienen que sortear los dueños de una mascota cuando deciden viajar con su compañero peludo. En España, sólo está permitido que los perros puedan viajar en tren en un transportín lo que hace que, en la práctica, únicamente los propietarios de razas de pequeño tamaño opten por este medio de transporte. «Pero esto es algo que va a caer por su propio peso, cada vez hay más conciencia 'dog friendly' y Renfe tendrá que cambiar sus políticas», opina el periodista.
Precisamente ese espíritu de tolerancia perruna que se respira en Vitoria, con cada vez más establecimientos y locales de hostelería que permiten la entrada con mascotas, llamó la atención del dueño del turista con buenas pulgas. «Es curioso como, incluso en ciudades próximas hay una interpretación de la ley tan distinta. Es necesaria una regulación institucional común», pide Muñoz Gabilondo. «Hay propietarios de restaurante que no te dejan entrar con tu perro porque creen que sanidad no lo permite, pero en realidad el único sitio donde no puede entrar un animal es en la cocina. Hay mucho desconocimiento», abunda mientras fotografía al bueno de 'Pipper', que, impertérrito, posando con su mejor perfil, igual que las 'influencers', aguarda a que su dueño le retrate frente al seto de la Virgen Blanca. Con filtro 'guau'.
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