Coches abandonados en Vitoria

«Muchos de los turismos de Vitoria nos llegan canibalizados, solo con el esqueleto»

El primer cometido, después de dar el coche de baja en la DGT, es descontaminarlo. Su propia palabra lo indica: retirar aquellos elementos dañinos para el medioambiente. «Se retira la gasolina, el líquido anticongelante, el aceite, la batería, las ruedas... Y se segregan para luego enviarlos a los gestores autorizados», explica Jon Ceberio, gerente de la empresa.

Es entonces cuando se obtiene la luz verde para comenzar a trabajar en el interior. «El objetivo es aprovechar el mayor número de piezas posibles, tras comprobar su correcto estado. Estas se fotografían y se referencian para tenerlas controladas». Y ese matiz es importante, porque más pronto que tarde volverán a ensablarse en otro vehículo.

«Aplicamos una economía circular, porque las volvemos a poner en el mercado», describe Ceberio. Unas ventas en el que «el 50% de los compradores son talleres, quienes tratan de reparar los vehículos de sus clientes a través de piezas que son más baratas. Y la otra mitad son ya ventas online».

Y en este punto ya no hay nada más que aprovechar. El coche está en los huesos. «En este punto se conduce a la prensa para compactarlo en esos cubos de hierro que todo el mundo tiene en la cabeza. Y luego se funden a hierro. Vamos, que se aprovecha prácticamente el 90-95% de un coche», asegura Ceberio.

Aunque no siempre es posible sacarle tanto rendimiento. Hablamos de esos casos en los que los coches llegan completamente deteriorados. «Muchos turismos nos llegan canibalizados, solo con el esqueleto». Y aquí poco se puede hacer, más que exprimir al máximo su hierro. «¿Pena por el final? No porque la mayoría son turismos viejos que los abandonan. Aunque sí es verdad que hay otros en buen estado y que se podrían volver a sacar a la carretera», confiesa.