El edificio del túnel del viento de Miñano acogerá a dos empresas tras diez años vacío

La firma de satélites AVS y la energética Alisea Esco se instalan en el inmueble del fallido proyecto de una escudería vasca de la Fórmula 1

Jueves, 23 de septiembre 2021

Diez años lleva vacío el edificio Marie Curie en el parque tecnológico de Álava. El estrepitoso fracaso del megalómano sueño del Gabinete de Juan José Ibarretxe (PNV) para contar con una escudería vasca en la Fórmula 1 -Epsilon Euskadi- ha provocado que, durante una década, ... sus 13.700 metros cuadrados hayan acumulado polvo en Miñano y hayan necesitado un gasto millonario para las instituciones vascas, que tuvieron que asumir su mantenimiento y una hipoteca de 18 millones de euros tras el fracaso de un proyecto que acabó en los tribunales. Pero, según adelantó ayer en exclusiva EL CORREO en su edición digital, el próximo 1 de octubre por fin recibirá a sus primeros inquilinos. Se trata de la empresa guipuzcoana AVS (siglas de Added Value Solutions), que está especializada en el desarrollo de satélites espaciales, y Alisea Esco, que se dedica al sector de la energía.

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Entre ambas tan sólo ocuparán la mitad del edificio y aún habrá que aguardar a más firmas para aprovechar el resto de estas inmensas instalaciones que hasta hace pocas fechas mostraban en su hall los trofeos que supuestamente obtuvo la escudería que dirigía Joan Villadelprat, pese a que apenas pudo competir. La esperanza de la dirección del parque tecnológico -cuyos socios son el Gobierno vasco, al 65%; la Diputación, 33% y el Ayuntamiento de Vitoria, 2%- es que «en los próximos años» se ocupe el resto.

Esto no resultará sencillo. Tras años intentando desprenderse del edificio de forma íntegra y acumular una veintena de ofertas que cayeron en saco roto, las instituciones por fin entendieron que resulta mucho más sencillo sacarlo al mercado por módulos y, por eso, se incluyeron 300.000 euros para obras en los presupuestos de la SPRI (la agencia de desarrollo empresarial del Ejecutivo autonómico) para el presente ejercicio. Eso permitió que antes del verano hubiese tres ofertas en firme, según los últimos datos aportados por la Diputación de Álava. Dos de ellas por fin han fructificado.

Ya había trascendido que AVS iba a llegar al centro empresarial localizado en el Norte de Vitoria, pero no se había explicado que lo hacía al inmueble que alberga un túnel del viento que en la última década sólo ha servido como plató cinematográfico y para pruebas aerodinámicas de ciclismo. El objetivo de esta empresa con base en Eibar -como relató a este periódico su consejero delegado, Miguel Ángel Carrera- es construir en Miñano una nave espacial (Orbital Transfer Vehicle, OVT) para soltar con precisión satélites en el cosmos. «Tenemos la tecnología, se trataría de adaptarlo a las necesidades de la lanzadera de la compañía Virgin. Y valdría para otras» detallaba el pasado mes de mayo Carrera. Se trata de una reconocida firma del sector y, de hecho, el pasado febrero participó en la misión a Marte de la NASA ('Perseverance').

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El parque tecnológico confía en que esta llegada abra la puerta a su posicionamiento en el sector aeroespacial -un terreno hasta ahora inexplorado- que, según subrayaron ayer sus responsables, «va a tener un crecimiento notable y sostenido en el futuro». Una nueva oportunidad de desarrollo.

La madrileña Alisea Esco -especializada en promover proyectos de eficiencia- coincidirá allí con otros proyectos punteros relacionados con la energía como el CIC Energigune o la futura gigafactoría de baterías que estará destinada al desarrollo del coche eléctrico en el territorio histórico.

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Zona de oficinas

Pero esto no asegura que AVS o Alisea Esco vayan a hacer uso del túnel del viento, pero sí que ocuparán una parte de la zona de oficinas del edificio Marie Curie. Su llegada es tan inminente -los primeros llegarán a partir del próximo viernes- que algunos de sus empleados han visitado el parque tecnológico en la última semana para conocer las prestaciones y detectar las necesidades de sus instalaciones.

Así se empezará taponar la 'sangría' económica que ha supuesto para las instituciones este espectacular inmueble bautizado en homenaje a la dos veces Premio Nobel. Y es que las administraciones vascas han tenido que invertir un millón de euros anualmente para su mantenimiento a lo que se debe sumar, como recientemente denunció Marta Alaña (del PP) en las Juntas Generales, los 3,6 millones en concepto de contratos de patrocinio que dedicó la Diputación y otros diez más por la amortización de un préstamo, una cantidad similar a la que habría que encarar hasta 2032.

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El sueño automovilístico que se tornó en pesadilla económica

El monoplaza 'made in Euskadi' de la Fórmula 1 no hizo carrera. El proyecto Epsilon Euskadi fracasó de forma estrepitosa, pese al empeño del Gobierno de Juan José Ibarretxe y tras consumir más de 40 millones de euros que, en su mayoría, procedían de las arcas públicas. El hall del edificio Marie Curie mostraba hasta fechas recientes muchos trofeos, aunque la escudería apenas pisó el asfalto para competir. Una de esas pocas ocasiones fue en las World Series que se celebraron en 2005 por las calles de Bilbao con el piloto polaco Robert Kubica -que después pasó por BMW y Renault- al volante.

La mayor evidencia del batacazo que sufrió Epsilon son los 13.700 metros cuadrados que quedaron vacíos en el edificio Marie Curie. En una visita de los miembros de las Juntas Generales aún se observaba sobre las mesas el material de oficina y las últimas anotaciones -'Le Mans series races', 'Test Fr 2.0', 'WsbR Races'...- que habían tomado sus técnicos, como si hubiesen escapado de un terremoto en medio de su jornada laboral.

Y eso que gran parte de su mobiliario se vendió para tratar de recuperar una parte de la inversión inicial, ya que la ejecución hipotecaria del concurso de Epsilon llevó a las instituciones de Euskadi a afrontar el pago de 18 millones de euros que aún debe abonar hasta el 2032, a razón de cerca de un millón por cada ejercicio.

El túnel del viento es el elemento diferencial de este inmueble. Una herramienta de investigación empleada por empresas y universidades -la UPV fue la última que solicitó usarlo- interesadas en la aerodinámica. Funciona con maquetas a escala 1:50, por lo que en ningún caso se introducían allí los verdaderos coches de competición desarrollados por Epsilon. El interior del túnel en el que una gran turbina distribuye viento de manera uniforme a velocidades de hasta 300 kilómetros por hora se encuentra «en buen estado», según las últimas pruebas, pero las que antaño fueran unas instalaciones punteras necesitan actualizarse. Este escenario futurista se ha quedado algo viejo.

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