«La dedicación en la elección de las materias primas y el celo por los procesos son los factores que nos unen a una empresa como Basque Moonshiners. Juntos hemos recorrido un largo camino hasta encontrar una trufa de whisky que equilibra el dulzor y ... el amargor, y puede cautivar el paladar de alguien inicialmente reticente a un producto como este. Es hora de redefinir los clásicos y la colaboración con agentes locales nos está dando importantes satisfacciones, hay mucho talento sin salir de casa», afirma Txema Pascual, gerente de Artepan. Se refiere a un nuevo producto que une dos nobles y sabrosos conceptos: la trufa y el whisky.
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La creación es una verdadera joya culinaria, producida artesanalmente, que combina la pasión por la repostería de alta calidad con la maestría de la destilación del whisky tradicional. Esta deliciosa y renovada versión del clásico navideño es el resultado de una producción meticulosa y la cuidadosa selección de ingredientes de primer nivel. Cada trufa es una pequeña obra maestra elaborada a mano que equilibra a la perfección los sabores dulces y amargos, gracias al toque distintivo del whisky alavés Bikkun, elaborado con malta ahumada de las islas escocesas, además de malta con marcado carácter 'sherry' de las Highlands, y completando la mezcla con el característico Single Malt de Basque Moonshiners añejado en barricas de Rioja Alavesa.
Las originales trufas de whisky serán producidas en cantidades limitadas con motivo de la Navidad y el 40 aniversario de Artepan. Se trata de un producto natural elaborado con nata fresca, chocolate Valrhona y whisky Bikkun, sin conservantes ni aditivos. Un exclusivo sabor, apropiado para unas fechas tan señaladas en las que manda el buen gusto. Artepan, conocido por su compromiso con el producto local, la calidad y la elaboración artesanal, aporta su experiencia en la creación de estas trufas, mientras Basque Moonshiners, distinguida por su exquisita destilación artesanal, proporciona el toque mágico del whisky que infunde su distintivo retrogusto a licor.
Con cuarenta años de historia a sus espaldas, la firma panadera alavesa es la empresa de panadería, bollería y pastelería de elaboración local que José María Pascual inició en 1983 y a la que Txema Pascual y su equipo dan continuidad en la actualidad con sus obradores artesanales y sus siete puntos de venta propios. Hablar de la empresa es hablar de la identidad de Vitoria. Para la mayor parte de los alaveses, no son concebibles las navidades sin la presencia de productos icónicos como sus 'panettones', trufas, turrones o roscos de reyes.
Por su parte, Basque Moonshiners, fundada en 2014, es una microdestilería con origen y sello alavés. Destilados elaborados artesanalmente en los que los lotes no superan las 1.100 botellas y son numeradas a mano por el maestro destilador Carlos Ortiz de Zárate, heredero de una tradición a la que dio origen su abuelo: Tomás Ortiz de Zárate, instruido por el guerrillero italiano Antonello Favro, quien llegó a Fontecha en 1936 para combatir en la guerra civil española. Fue él quien enseñó al alavés a producir vodka con la receta traída desde los campos de Turín, en la región de Piamonte, para la que aprovechaban la patata de la zona alavesa.
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