Tres compañeros disputan el puesto de fiscal jefe de Álava a Josu Izaguirre, aspirante a su cuarto mandato

Todos han formalizado ya su candidatura. Un portavoz autorizado de la Fiscalía General del Estado confirmó ayer a EL CORREO que «los días 23 o 24 de marzo» se sabrá el elegido. «La provisión de las plazas de jefaturas vacantes se realiza en el Consejo Fiscal, donde tras oír el criterio no vinculante de los miembros de este órgano, la fiscal general del Estado propone a la persona que estime idónea para asumir la jefatura», determinan desde Madrid. Esa plaza se entrega por cinco años. Hasta 2027.

En cuanto a los aspirantes, Josu Izaguirre lidera la Fiscalía Provincial de Álava desde 2006, cuando entró procedente de Lugo. En sus casi dieciséis años de mandato, este guipuzcoano cosecha del 64 se ha mostrado firme contra la corrupción. Siempre será recordado por su papel en 'el caso De Miguel', la trama de sobornos y favores ilegales que afectó de lleno al PNV alavés y que aún se encuentra pendiente del dictamen definitivo del Tribunal Supremo.

En este tiempo se ha labrado fama de «duro» e «inquebrantable». También ha bajado a terrenos más municipales. En 2014 logró la condena de dos 'bartolos' al mando de la durísima espiral de acoso sobre una menor vitoriana. «Si la fallamos, Vitoria será el salvaje Oeste», lanzó en su alegato final.

Álvaro Delgado también aspira a este proceso de libre designación en el que el requisito básico pasa por contar «con al menos diez años de servicio en la carrera fiscal». Este vitoriano de 60 años, sopló velas el pasado día 7, ejerce desde 2010 de teniente de fiscal. Es decir, es el segundo de a bordo.

Los abogados defensores que lidian con él le consideran «empático» y «conciliador». Un conocido penalista de la ciudad añade que «acostumbra a facilitar acuerdos siempre que resulta posible». Delgado lideró la acusación en el caso de las falsificaciones de Iruña Veleia. Logró que el Juzgado de lo Penal 1 sentenciara a Eliseo Gil y a dos colaboradores, aparte de acreditar el fraude en el yacimiento donde se quiso resituar el origen del euskera escrito y hasta del cristianismo.

La única mujer de la plancha de pretendientes cuenta con una vasta experiencia en el Palacio de Justicia. La alavesa Carmen Cotelo fue parte activa en el primer juicio con jurado de la provincia. Fiscal encargada de menores ha bregado sin descanso con las instituciones locales por apuntalar esta sección tan delicada de la Justicia. «Es puño de hierro en guante de seda», sintetiza otro letrado consultado.

Aunque en su currículo figuran condenas por delitos de sangre –el padre que mató a su hijo menor en unas fiestas de La Blanca–, quizá su mayor reto profesional aguarde a la vuelta de la esquina. En un par de meses se prevé el juicio a la red de menores tutelados por la Diputación que se prostituyeron a lo largo de 2016. Cotelo ha presentado cargos contra una decena de clientes, todos adultos, para los que exige una pena global de 214 años de prisión.

Por su parte, el vitoriano Manu Pedreira ha afianzado su carrera tanto a nivel local como autonómico. Es el fiscal de Seguridad Vial del País Vasco, cargo en el que siempre ha trabajado por mejorar la coordinación entre agencias. Aboga por la tolerancia cero contra los conductores que abusan del alcohol o las drogas. En este campo fomentó la mediática condena del director de Mercedes por «conducción temeraria».

Aparte de participar en 'el caso De Miguel', su intervención resultó fundamental en el caso de Sophia Löesche, la joven alemana cuyo cadáver apareció calcinado en Egino. Su asesino, un camionero magrebí, fue condenado a cadena perpetua por un tribunal germano. «Domina la oratoria y se prepara a conciencia los casos», piropea un abogado.