No sólo en la fauna, también en la especie humana, existen alondras y búhos. Están aquellos que se levantan temprano, con las pilas cargadas, y quienes se acuestan a las tantas, unas veces por gusto y otras, como les ocurre a unos cuantos vitorianos, miles ... en realidad, porque su sueldo va en ello. Más de 2.500 personas hacen funcionar la ciudad cada noche en sectores básicos como la sanidad, la limpieza o la seguridad pero también en la logística y en empresas de todo tipo, desde 'gigantes' como Mercedes y Michelin a gasolineras, obradores, hoteles... o la única farmacia que atiende en la capital alavesa pasadas las 22.00 horas. Su labor resulta «esencial» pero empuja a quienes cubren el horario nocturno a «una vida al revés» de su entorno.
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El 17,7% de la población ocupada en Álava trabaja por la noche, según el Eustat.. Eso significa que unas 25.600 personas están en su puesto tres o más horas al día o al menos un tercio de su jornada anual entre las 22.00 y las 6.00. mientras la inmensa mayoría de sus vecinos cena, calienta el sofá o se ha metido ya en la cama. En Bizkaia y Gipuzkoa se acercan al 13% ya que es la industria, la base de la economía alavesa, la que tira de este turno. Es «duro», coinciden empleados de ámbitos muy diversos, y a veces se convierte incluso en punto de conflicto entre plantilla y empresas, en general muy reticentes a ofrecer datos sobre este horario para el que «no todo el mundo vale». La advertencia la lanza Carlos Egea, jefe de la Unidad del Sueño de la OSI Araba, consciente de que «no todas las personas tienen habilidad para adaptarse sin consecuencias».
Carlos Egea (Unidad del Sueño OSI Araba)
En el sindicato de enfermería SATSE calculan que alrededor de 700 de estas profesionales siguen un calendario rotatorio en la sanidad pública –concentradas sobre todo en los hospitales Txagorritxu y Santiago– donde «las noches no se trata de estar sin más». «Todas son de mucho trabajo tanto en urgencias, que no tienen horarios, como en planta», expone Samantha González, responsable de la central en Álava, quien recuerda «una de las peores en partos». Entre las 22.00 y las 8.00 –el turno más largo comparado con los de mañana y tarde, que duran siete horas– hay enfermeras en pie con el uniforme de Osakidetza pero también auxiliares, celadores, técnicos de laboratorio, personal de mantenimiento... y decenas de médicos, algunos de guardia en el centro sanitario y otros pegados al teléfono en casa.
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El servicio que ofrece la sanidad mientras la ciudad duerme demuestra que, como dice Egea, «el turno de noche es esencial para que el planeta funcione». «No se trata de demonizarlo sino desde las empresas y los recursos humanos identificar a las personas que mejor encajan y hacer que las condiciones laborales sean óptimas», plantea el especialista. En las grandes fábricas, por ejemplo, el grueso de la plantilla pasa por ese horario, salvo casos con problemas de conciliación o salud, porque la producción no descansa. Ni siquiera de madrugada. Así ocurre en Mercedes y Michelin donde algo más de 1.500 empleados –una cantidad de gente similar al censo del barrio de Aranzabela– fichan cada jornada al anochecer para realizar «exactamente el mismo trabajo» que sus compañeros de mañana y tarde.
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En la cadena de montaje nada cambia pero, fuera, sus parejas, sus padres, sus amigos duermen. Y al revés. Cuando estos trabajadores se ponen el pijama, el resto se despereza y entra la luz entre las rendijas de la persiana, el vecino hace obras, pasa la barredora por debajo de la ventana... El responsable de la Unidad del Sueño de la OSI Araba sabe que este horario roba horas de descanso pero «las consecuencias van más allá del desorden del sueño» y se puede resentir desde el humor a la alimentación o la vida social. En muchas empresas, de hecho, ingresan un plus a quienes cubren este turno. Mercadona es una de las firmas que abona ese extra a las 190 personas que mantienen su bloque logístico de Júndiz a pleno rendimiento por la noche y aseguran que al cliente no le falta nada cuando sus supermercados levanten la persiana. Otros negocios exigen atención 24 horas, como los hoteles. «No se puede comparar la actividad que hay durante el día pero por la noche hay que tener los cinco sentidos en alerta», explica Gema Guillerna, directora del NH Canciller Ayala.
Samantha González (Sindicato de enfermería SATSE)
La clave, insiste Egea, pasa por dar con el personal que mejor rendirá a esas horas. Por debajo de los veinte años y a partir de la cuarentena, por ejemplo, se complica la adaptación y la tolerancia «parece que es mayor entre los hombres» aunque las mujeres cuentan con «un mayor colchón social» para adecuar su vida privada si sale del trabajo al amanecer. También hay que medir si se trata de tareas muy físicas, monótonas, estresantes... y echar una mano a quienes les toca desempeñarlas, ya sea con «terapias lumínicas» para paliar el déficit de sol o incluso con siestas –veinte minutos, no más– en la propia empresa. El experto tiene claro que es el momento de «establecer un nuevo paradigma en las relaciones laborales». De noche y de día.
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25.600 personas aproximadamente trabajan en Álava en horario nocturno, es decir, un mínimo de tres horas al día o un tercio de la jornada anual entre las 22.00 y las 6.00 horas, según el Eustat.
Sanidad. El horario más largo en Osakidetza es el nocturno (de 22.00 a 8.00) que cubren médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, técnicos de laboratorio, personal de mantenimiento... El turno rotatorio conocido como 'antiestrés', el más habitual, implica dos jornadas de mañana, otras tantas de tarde y las mismas de noche.
Seguridad. En la Policía Local trabajan en torno a 20 agentes en este turno y en Bomberos, 19 que cubren 24 horas desde las 9.30. La Ertzaintza cuenta cada noche con 80 efectivos que siguen ciclos de cinco semanas (una de mañana de 7 días, se libra otra, una de tarde de 5 días, otra de noche de 7 y descansan la siguiente).
Limpieza. En la ciudad hay 32 personas de lunes a viernes, 15 los sábados 25 y 8 los domingos que aseguran la puesta a punto de aceras y calzadas (barrido y baldeo mecánicos) o la recogida de los diferentes residuos así como la retirada, colocación y limpieza de los contenedores.
Fábricas. Mercedes funciona de 22.00 a 6.00 con algo más de un millar de operarios cada noche (una semana en ese turno, otra de tarde y la siguiente de mañana) y en Michelin, en el mismo horario, fichan unos 500, según cálculos de los sindicatos. Sidenor ronda la treintena de trabajadores a esas horas.
Foronda. En el aeropuerto trabajan todas las noches cinco bomberos, una persona de operaciones, dos de mantenimiento (uno de Aena y otro de Enaire) y dos controladores. DHL concentra su trabajo también en horario nocturno pero ha rechazado facilitar datos sobre su personal.
Supermercados. Mercadona tiene su bloque logístico de Júndiz a pleno rendimiento por la noche con 190 empleados de 22.00 a 6.00. Hacen tareas de recepción de producto, almacenamiento, reposición y preparación del pedido., y reciben un plus por cubrir siempre este horario (no es rotatorio)
Y más... De madrugada circulan entre cuatro y cinco taxistas por Vitoria y sólo atiende una farmacia, en Ortiz de Zárate. Las gasolineras con atención 24 horas suelen contar con una sola persona y en los hoteles hay entre una y dos. En el Palacio de Justicia sólo se queda el personal de seguridad.
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