Exposición en Montehermoso
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Exposición en Montehermoso
La Torre de Babel de Zigor Urrutia¿De qué manera está afectando el uso de la tecnología a la comunicación? ¿Cómo contribuye a enriquecer a grandes compañías? ¿En qué lugar quedan las culturas de algunos pueblos? Zigor Urrutia (Bilbao, 1971) reflexiona sobre ello en 'Babel (de la torre a Google)', una muestra que se puede ver en Montehermoso desde el 6 de julio al 10 de septiembre.
Parte de la idea de la torre de Babel, ese mito que habla de la difusión de las diversas lenguas que se hablan en el mundo y a su vez representa de alguna manera la soberbia y la aspiración de alcanzar el cielo. «Esa diversidad que fue un castigo con la creación de idiomas, ahora mismo es posiblemente a la inversa, porque la globalización está haciendo que muchos idiomas estén desapareciendo y que cada vez sea todo el mundo más homogéneo», apunta el artista licenciado en Bellas Artes con especialidad en audiovisuales que desarrolla su labor como director de arte. De esa manera conecta el cuento de Babel -en diferentes lonas aparecen las estampas de la Torre de Babel que pintó Pieter Brueghel- con el desarrollo de la tecnología.
Como reconoce el artista, con la muestra, que se puede ver en la sala de la primera planta del centro cultural de Vitoria, no pretende «dar respuestas, sino crear una serie de preguntas y que el espectador vea también cómo nos comunicamos entre nosotros». En la entrada de la exposición se pueden ver varias pantallas en las que aparecen diferentes personas hablando. Sin embargo, es casi imposible reconocer en qué idioma lo hacen. Una muestra del aturullamiento que provoca en ocasiones mantenerse conectado a Internet. Precisamente, en torno al uso de la red informática y la manera de relacionarnos gira parte de la exhibición. «La idea del hipertexto colectivo en el que todos íbamos a poder aportar y tener más información se ha ido enterrando en una especie de centro comercial inmenso».
En otro lugar de la sala se puede encontrar la grafía de un idioma ya perdido. Esa escritura que nadie utiliza se puede encontrar en Internet. «Si esto no se utiliza, ¿realmente es un idioma o simplemente es una cuestión estética que podemos utilizarla como mera decoración?», lanza Urrutia, que no cae en una visión rotundamente pesimista de las nuevas formas de comunicación y su influencia. La accesibilidad fácil a estos documentos también puede contribuir a que se lleven a cabo medidas para protegerlos y recuperarlos
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