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Alumnos y profesores volverán en un par de semanas a cruzarse por los pasillos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Vitoria. El curso en el edificio del Seminario, donde estudian unos 2.000 universitarios, arrancará el 5 de octubre marcado por ... las medidas antiCovid y la experiencia online intensiva a la que obligó el abrupto cierre de los centros educativos en marzo. «La formación virtual debe ser una transmisión de conocimientos», defiende su directora, Teresa Imízcoz.
– La UNED acaba de abrir el plazo de matriculación. ¿Espera más alumnos después de la experiencia online generalizada que trajo el confinamiento?
– A día de hoy el número es similar al del año pasado y no creo que vaya a haber un trasvase de estudiantes a la UNED porque el resto de universidades están funcionando y han puesto todos sus dispositivos para tener presencialidad y online o un sistema bimodal. Creo que seguiremos con ese alumnado que no puede estudiar en la universidad presencial por incompatibilidad de horarios y de circunstancias personales.
– La educación virtual que se implantó en marzo generó quejas de docentes, estudiantes y familias en muchos centros y en todos los niveles educativos. ¿Qué se hizo mal?
– No es que se hiciera mal, se hizo lo que se pudo. De la noche a la mañana hubo que transformar todo lo presencial en online sin tener a mucha parte del profesorado formado en nuevas tecnologías y plataformas digitales, ni al alumnado preparado para usarlas y estudiar a través de ellas. Y tampoco todos tenían ordenador en casa. En el juicio a lo que se hizo hay que ser bastante benigno pero, pasado ese momento, en la actualidad, deberíamos estar preparados.
– ¿En qué se debería haber mejorado tras estos meses?
– Por experiencia de mis hijos, uno en la universidad y otro en el colegio con todas las clases online, vi la diferencia entre dar clase a través de las plataformas digitales y colgar materiales y que el alumno se busque la vida. La educación online tiene que ser una transmisión de conocimientos.
los grados
– El centro que dirige es pionero en ese aprendizaje a distancia. ¿Cuál es la base de una buena educación telemática?
– Lo primero es tener una buena plataforma que técnicamente sea impecable, y el profesor debe preparar su clase de una manera dinámica sabiendo que el alumno está rodeado de distracciones en casa y que la captación de su atención tiene que ser de una forma más intensa
– También exige entonces un plus de concentración del alumno.
– Sí, de disciplina, que no sé si les hemos preparado para ello. Lo ideal sería que el alumno no esté en clase porque es obligatorio y no le queda más remedio sino por que tiene ganas de aprender, pero no lo tenemos. Y eso trasladado al ámbito virtual donde se puede escaquear... El profesor debe ser muy consciente e intentar incorporar al estudiante al aula virtual, no puede dar una clase que consista en soltar el rollo 45 minutos y que el alumno escuche y ya está.
– ¿Qué valor da a la formación presencial?
– Me parece fundamental. Si entendemos la enseñanza sólo como una transmisión de conocimientos no le daríamos tanta importancia, pero es que se trata de la formación de la persona y debe haber una interacción humana para formar ciudadanos del futuro, aprender a convivir con los iguales, las normas básicas que rigen las relaciones sociales... Eso lo aprendemos en la escuela porque en casa, con la familia, estamos en una zona de confort.
– ¿La UNED ha salido reforzada de estos meses tan difíciles?
– En Vitoria diría que sí porque hemos conseguido en tiempo récord pasar todas las clases presenciales a online y formar al 100% de los profesores. De cara al nuevo curso, por ejemplo, nos hemos planteado que todas las tutorías sean presenciales y retransmitidas a la vez y estamos animando a los profesores a que graben la clase y se quede colgada en la plataforma. En esta situación, cuantas menos aglomeraciones haya, mejor.
– ¿El curso 2020-21 llega también con novedades en la oferta académica?
– Sí, la más importante es que empezamos con los microtítulos de grado, que te especializan en una materia sin necesidad de hacer toda la carrera. En Geografía e Historia, por ejemplo, habrá un microtítulo de Historia de España. Muchas veces no haces una segunda carrera porque hay asignaturas muy básicas o que se escapan de tu aplicación en el ámbito profesional o de tus intereses personales, pero poder formarte en un itinerario específico es muy interesante.
– ¿Los universitarios que se encontró hace casi una década cuando llegó a Vitoria y los actuales se interesan por los mismos estudios?
– Los grados de Psicología y Derecho siguen siendo los más demandados pero sí que ha bajado mucho el interés por Turismo.
alumnos mayores
– La oferta de idiomas (inglés, francés y euskera) se mantiene. ¿No echa en falta, por ejemplo, una lengua como el chino?
– Es que yo creo que el chino no es el idioma del futuro porque su implantación en Europa y América va a ser muchísimo más lenta que el aprendizaje del inglés por parte de los chinos. Al final, los negocios en China se harán en inglés.
– Los jubilados disfrutan cada vez de una vida más activa. ¿Han entrado alumnos de mayor edad a sus aulas?
– La mayoría tiene entre 25 y 40 años pero es verdad que la gente llega ahora muy joven y en muy buenas condiciones a la jubilación, con ganas de hacer cosas y llenar su tiempo, y se plantean estudiar sin miedo. Los alumnos más mayores suelen elegir titulaciones no tan orientadas hacia la profesión o el mercado laboral sino relacionadas con curiosidades e intereses personales, como Filosofía, Historia o Ciencias Políticas.
– Con la futura llegada de Euneiz y los campus ya en marcha, ¿Vitoria puede convertirse en ciudad universitaria?
– Es que ya lo es. Tenemos tres universidades (UPV/EHU, Deusto y UNED) que ofrecen estudios en Álava y, para una ciudad del tamaño de Vitoria, con algo más de 200.000 habitantes, me parece increíble que haya una oferta de casi 40 grados distintos.
– Pero al estudiante le interesará algo más que los libros...
– Primero busca que la oferta del grado que ha elegido sea buena y después que sea una ciudad dinámica, claro, eso influye. Que tenga vida, con buenas propuestas de ocio, con población joven... y Vitoria tiene todo eso.
– Hace año y medio alertaba de que el centro se encontraba «en emergencia» por un recorte en su financiación. ¿Da aquel aviso por finalizado?
– Aquel año lo pasamos como pudimos pero en 2020 hemos tenido más presupuesto por parte del Gobierno vasco y de la Diputación, ha habido una sensibilidad de las instituciones hacia la anterior situación crítica que tuvimos.
– ¿Y, ahora, teme recortes derivados de la pandemia?
– En principio, en 2020 no nos ha afectado y ya hemos recibido las aportaciones. Otra cosa es 2021 pero vamos paso a paso, no vamos a adelantarnos.
Teresa Imízcoz cumple la próxima primavera una década al frente de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Vitoria.
– ¿Se pone una fecha para despedirse del cargo?
– No, yo vivo al día, voy proyecto a proyecto y nos quedan cosas por hacer aquí.
– ¿Cuáles?
– Muchos son de recursos, pero para mí sería fundamental una transformación de la plataforma virtual para que haya más interacción con el alumno y una mejora de la formación del profesor en la que ya estamos. También me gustaría que desde la UNED se pudiera dar cursos de formación permanente a instituciones y empresas alavesas.
– La Escuela de Inteligencia Emocional, que encara su cuarto curso, es una de sus apuestas personales. ¿Ayudará a gestionar esta crisis?
– Sí, estamos viviendo situaciones inéditas para las que nadie nos ha preparado y es muy importante saber manejar las emociones para que no nos jueguen malas pasadas sino que jueguen a nuestro favor. Durante el confinamiento tuvimos el curso 'Control de mis emociones' y yo misma me matriculé, el resultado fue fantástico. La inteligencia emocional debería ser una parte importantísima de la formación desde el colegio.
– Sólo 7 de los 30 puestos con más poder en Álava están ocupados por mujeres, y usted es una de ellas. ¿Qué falla para esa escasa presencia?
– Lo que no falla es la preparación de las mujeres porque tienen tanta o más formación y valía que los hombres para esos cargos y su aportación en la forma de dirigir es muy positiva. Pero en instituciones y empresas hay una inercia de que el director es un hombre, su segundo también y toma el relevo del primero cuando se va.
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