El telón del Principal alza sus cien años de historia

El 18 de diciembre se representó 'La corte de Napoleón', de la compañía de ópera y opereta Garnieri. La prensa de esos días recoge que al estreno fue «lo más selecto y escogido de Vitoria». La musa era Anita Patrizi Granieri en el papel de Madame Sans-Gêne. Siete días antes, la Banda Municipal había realizado pruebas acústicas. El primer escenario conocido con el nombre de Teatro Principal estaba en el solar del edificio del Banco de España, que había sido destruido por un incendio en 1914.

Se proyecta 'Tosca', película muda. La programación como sala de cine se hace habitual en la primera mitad del siglo XX.

Hay cine, sobre todo, pero también zarzuela y teatro en menor medida. Incluso se hacían concursos de disfraces. Entre los participantes, un tal Alberto Schommer, a sus seis años, que acabaría convirtiéndose en el fotógrafo más reconocido de Vitoria.

Toma el nombre de Teatro Principal, hasta entonces era conocido como Teatro Nuevo. La taquillera Nemesia Oyanguren no deja de vender entradas de cine. Como recoge Juan Carlos Centeno en su libro 'Los teatros y cines de Vitoria', en 1926 se se proyecta 'Don Juan' con música sincronizada y las primeras películas habladas a partir de los años 30. El séptimo arte cada vez era más popular.

Montserrat Caballé, en las tablas del Teatro Principal. No era la gran diva de la ópera. Ni había ganado un Grammy ni el halago de la crítica ni las puertas abiertas de la Royal Opera. Ese mismo año debutó en el Liceu y despegaba su carrera. En 1990 volvió a Vitoria, entonces a Mendizorroza, y recordó su actuación. «Era un chica que empezaba y cantaba Schubert».

El 29 de septiembre arranca el Festival Internacional de Teatro organizado por el grupo La Farándula y se impulsan actuaciones en el Principal a la vez que en el Guridi y Florida.

En la segunda edición del Festival de Teatro, la compañía portuguesa A comuna presenta 'Fogo', envuelta en la polémica por su apoyo a la Revolución de los Claveles. Se alzaron voces que exigían su cancelación y, a pesar de las protestas, el Principal se llenó y fue una de las funciones más aplaudidas de los setenta. «Aunque Franco había muerto recientemente, todavía había grupúsculos muy activos» recuerda Manu Aguilar, quien junto a Félix Petite y Jesús López Quintana impulsaron el Festival Internacional de Teatro.

El uso como sala de cine continuaba durante todo el año y las funciones se celebraban en verano principalmente. Se proyectan títulos como 'La historia interminable', la película más cara del cine alemán. Los primeros contactos con el mundo del arte de gente como Iñaki Rikarte, Premio Max por 'Solitudes', están estrechamente relacionados con el Principal. Allí vio cuando «tendría dos o tres años» 'La historia interminable'. Fue en uno de los palcos. «Me dieron una galleta maría y se me cayó al patio de butacas», recuerda uno de los dramaturgos más reconocidos de Vitoria.

El Ayuntamiento, la Diputación de Álava y el Gobierno Vasco se hacen con el edificio, que pertenecía a Vesa. Empieza a programarse teatro de manera habitual. Hasta entonces se habían celebrado desde actos sociales a mítines de partidos políticos o cine como una actividad principal hasta entonces. Tres años antes Vesa había acordado la conversión del otro teatro, Guridi, en un multicine y poner a la venta el Principal. Enrike Ruiz de Gordoa, director de Cultura durante 28 años, vivió junto al alcalde José Ángel Cuerda las negociaciones para comprar el espacio y «la ciudad tenga un teatro». «Fue un trabajo bastante arduo», cuenta.

Se estrena 'Cenicienta' del director inglés Lindsay Kemp. «Me atrae hacerlo en Vitoria porque me parece que los españoles son como niños y creen en duendes», señaló el autor, que volvió al Principal en 2005. Le gustaba Vitoria porque encontraba un público entendido, receptivo y la propuesta de hacer la 'Cenicienta'. La ciudad se convierte así en un escaparate mundial de las artes escénicas. La anécdota de esos días fue el grito descomunal que pegó al ver una rata en la calle San Prudencio. «Se escuchó hasta en el segundo afiteatro», cuentan los técnicos del Principal y Ruiz de Gordoa. El roedor era conocido en la calle como 'Manolita', grande y esquiva. Con el tiempo preguntaba qué tal estaba la Manolita cuando volvía.

Marcel Marceau, el mimo más reconocido del siglo XX, presenta 'Pantominas de Bip y de estilo' con un pequeño accidente. En uno de los cambios de escenografía un técnico se tropieza con una actriz. El golpe y el grito en la actuación del mago del silencio suena a dos metros del público. Ese año, Julio Bocca pone en pie al patio de butacas en su tercera actuación en España. Debido a la falta de un espacio para ensayar en el Principal tuvo que ir al estudio de danza Sofía Abaitua junto a los 13 integrantes del ballet argentino. El genio volvería al Principal en 2007 en su gira despedida y en 2014 como director con Ballet Sodre.

El 30 de diciembre se vive uno de los momentos de mayor tensión. La Joven Orquesta de Euskal Herria (EGO) cancela su actuación por un aviso de bomba atribuido a ETA. Su director entonces es un joven Juan José Mena. Fue una falsa alarma.

Joan Manuel Serrat bate el récord de asistencia presentando 'Sombras de la China'. 1.029 butacas sobre un aforo ideal de 870. Hasta el momento ha sido la actuación que más público ha visto. Se vendieron incluso las entradas que tenían la vista al escenario reducida. Ese mismo año, Els Joglars abre el 23 Festival Internacional de Teatro de Vitoria con 'La increíble historia del Dr. Floit & Mr. Pla', una de las piezas más aplaudidas de la compañía catalana.

La gala inaugural de la XXV edición del Festival Internacional de Jazz reunió a Ellis Marsalis y a su hijo, Wynton Marsalis, inmortalizado cinco años después con una estatua en el parque de La Florida, realizada por el escultor vitoriano Koko Rico. Con el cambio de milenio arrancó el ciclo 'Jazz del siglo XXI', la propuesta del Festival de Jazz por la que han pasado José James o Steve Coleman. Ese mismo año tocaron sobre las tablas del Principal el hijo del famoso actor y director Clint Eastwood y el pianista sueco Esbjörn Svensson.

Dentro del capítulo de superfamosos que han pisado sus tablas se encuentra Woody Allen. El director de 'Manhattan' cenó en el restaurante Ikea en horario americano. A las 20.20 horas entró por la puerta del muelle, diez minutos antes de la actuación. Ya había tocado en el Kursaal donostiarra, en 2003, y un año antes en el Euskalduna de Bilbao. El periplo vasco se completó. Los técnicos del teatro cuentan que su cara era un poema al ver en el pasillo el gran número autoridades que le esperaba tras acabar el concierto. El Ayuntamiento de Vitoria pagó 120.000 euros por su contratación.

El actor Tim Robbins dirige la adaptación de '1984' de Orwell al mando de la compañía americana The Actor's Gang. De 'Mystic River' al Principal. La expectación y los nervios en el teatro a la llegada de la estrella se esfumaron cuando apareció y preguntó dónde estaba el baño («the toilet, please»).

Se estrena el montaje 'Duda razonable', dirigido por Josep María Mestres y protagonizado por la actriz Ana Pimienta, quien recuerda cómo una de las actrices se saltó el texto. «Le pegué una patada por debajo de una mesa que había como decorado. Se dio cuenta cuando nos saltábamos media obra», se ríe ahora Pimienta. Unos días antes habían tenido que sustituir a dos actores para la función en Vitoria. Gajes del oficio.

Willy Toledo fue detenido en Madrid durante una jornada de huelga general la noche anterior a su actuación en 'El montaplatos'. A las cinco y media de la tarde lo pusieron en libertad y llegó («nadie sabe cómo») a las ocho y diez, justo antes de la función, que se representó sin problemas. Fue uno de los días de mayor angustia para la dirección del teatro.

El ruido y las luces entre el público es una de las cosas más molestas para los actores. Durante la actuación de 'Los hijos de Kennedy', la actriz Maribel Verdú paró la función, cansada de ver a una espectadora pendiente del móvil, y le dijo «cójalo, hágalo». Ese mismo año la cantante israelí Noa actuó en el Principal a pesar de la protesta de medio centenar de artistas vascos que le demandaban firmar una misiva «rechazando la segregación palestina».

La veterana actriz Concha Velasco actuó dos días consecutivos en el programa de fiestas de La Blanca con la obra de su hijo 'El funeral'. Al finalizar la última función se disculpó ante el público diciendo que no había estado a la altura.