El ojo vasco que busca basura espacial

«Hemos hecho desde el diseño hasta el montaje, que se lleva a cabo en la sede de Elgoibar», confirma Sergio Salata, ingeniero industrial en AVS y gestor del proyecto. Conocido como el ROA, dado que se ubicará en la estación ubicada en el Real Observatorio de la Armada de San Fernando, en Cádiz, este telescopio llega para sustituir al que desde finales de los 70 se usa allí y que se ha quedado obsoleto. «Hasta ahora usaba tecnologías que, desde los codificadores que leen el movimiento hasta la rigidez del sistema, están muy por detrás de lo que rinde una estación de primer nivel. Con este nuevo dispositivo, pasará a ser de primer nivel en cuanto a precisión», detalla Salata.

Pero, ¿qué es exactamente lo que se hace en San Fernando? La de San Fernando es una estación láser que se dedica principalmente a hacer geodesia y a localizar basura espacial. La primera permite, a través de los datos que se reciben desde los satélites, «conocer qué movimientos estamos viviendo en la Tierra, en sus placas continentales, en diferentes fenómenos como la determinación del campo gravitatorio externo del planeta y ver qué pasa en la superficie del fondo oceánico». En la segunda función posibilita ubicar el punto en el que están tanto los satélites en uso como objetos que vagan a sus anchas por el espacio. «Desde la estación se lanza un láser a un satélite, cuyos espejos hacen que rebote esa luz de vuelta. El tiempo que tarda en volver determina la distancia a la que está el satélite», explica el ingeniero de AVS. Con el nuevo telescopio se podrán localizar objetos mucho más pequeños.

Se calcula que hay más de 2.000 cohetes, alrededor de 4.000 satélites inoperativos y millones de fragmentos que orbitan sin control. Son un peligro para otras plataformas en uso, incluida la Estación Espacial Internacional o las naves tripuladas. «Los objetos más pequeños que impactan contra un panel solar en órbita van mucho más rápido que una bala. La velocidad que tienen implica que la energía con la que impactan es muy peligrosa por lo que es importante hacer un seguimiento preciso de las órbitas de los objetos tanto grandes, que están controlados como los más pequeños, y cuanto más mejor. Hay mucho trasiego ahí arriba y tenemos que ser responsables tanto evitando llenar de objetos el espacio como controlando los que ya están en él», explica gráficamente Salata.

La propia AVS se beneficiará de la puesta en marcha del telescopio para avanzar como empresa. «Queremos aprovechar este desarrollo para captar oportunidades en otros campos como las comunicaciones ópticas y para ello aprovecharemos la entrada en servicio del Lur-1, el primer satélite vasco que lanzaremos en junio de 2024, para poner a prueba nuestra tecnología en ese campo», anuncia.