Agresión en Lakua-Arriaga
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Agresión en Lakua-Arriaga
Un taxista de Vitoria le reclama a otro 87.000 euros por un puñetazoBasta una única mala decisión para enfangar la rutinaria vida de cualquier ciudadano de bien. Ese regusto dejó la vista oral celebrada ayer por la Audiencia Provincial de Álava. Durante cuatro largas horas, Fiscalía, acusación particular y defensa trataron de determinar el alcance de ... la lesión ocular de un taxista a raíz de un incidente padecido en abril de 2021 en el barrio de Lakua-Arriaga, en Vitoria. No se vio involucrado en un accidente de circulación. Tampoco sufrió ninguna enfermedad repentina. Un compañero de profesión le propinó un puñetazo en la cara tras seguirle con su coche durante alrededor de un kilómetro.
Aparte de marcas faciales, al agredido le quedó un trastorno ocular que afecta a la agudeza visual. En su caso ha perdido «un 16%» en un ojo, según su evaluación médica. ¿La consecuencia? «Ahora me canso mucho más. De noche y con lluvia veo mucho menos. Trabajo menos y mis ingresos han disminuido entre un 15 y un 20%», enumeró este procesado quien, al igual que el presunto atacante, figura en el sumario como acusado y acusador por un delito de lesiones.
Nadie discutió que el principal encausado golpeó a su compañero de profesión. Sin embargo, no quedó claro el porqué. La principal víctima dejó una pista. «En 2012 era consejero de Radio Taxi y se le sancionó (al otro implicado). A mi me tocó decírselo». Desde entonces, aseguró, jamás habían cruzado palabra.
El 13 de abril de 2021, este hombre circulaba en su coche con su entonces mujer por la Avenida de Gasteiz. Coincidió con el otro compañero en un semáforo en rojo. Avanzaron cerca de un kilómetro hasta el cruce de Portal de Foronda con Francisco Javier de Landaburu. «Se puso a la par y me dijo: '¿De qué te ríes puto payaso?'». Ahí «nos siguió hasta que paré, bajó de su coche e hice lo mismo. Me dio un tortazo y un puñetazo, caí al suelo. Aunque me dejó grogui logré levantarme, engancharle y ponerle contra una furgoneta. Mi mujer nos paró». Su ex corroboró esta versión.
El taxista agresor se marchó a Urgencias. Un ertzaina que le entrevistó en las dependencias médicas contó que «tenía la camisa rota y un rasponazo en el pecho».
En su turno, el sospechoso de haber soltado el puño no dio pistas sobre la razón real de lo ocurrido. Sí puntualizó que «no teníamos relación, ni buena ni mala. No encuentro explicación a cómo dos taxistas en discusión y por un malentendido acaban saliendo del coche». Pidió perdón varias veces. Agregó que «según iba soltando la mano ya estaba totalmente arrepentido. Nunca me he pegado». Pero también culpó al otro de que «en un semáforo me llamó 'hijo de puta' dos veces y que fuera donde él 'si tenía cojones'».
A partir de ahí, los profesionales del Derecho intentaron determinar el grado de la lesión, lo que definirá el dinero a abonar por el agresor ya que ninguno de los dos investigados ingresará en prisión por este asunto. La fiscal Aida Lozano abogó por una responsabilidad civil de unos 15.000 euros. El letrado de la acusación particular, Roberto Gutiérrez, la elevó a 87.000 euros. Y la defensa, aparte de traer a un detective que refirió que la víctima hace vida normal, remarcó que su cliente había abonado ya 11.100 euros como muestra de buena voluntad.
Los magistrados Francisco García Romo, Elena Cabero y Ana Zulueta deberán resolver en las próximas semanas sobre los argumentos de unos y otros para dictaminar su sentencia.
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