No será hasta finales de 2026 o principios de 2027 cuando el TAV cruzará Euskadi pero el debate sobre su entrada en Vitoria y Bilbao se ha vuelto a acelerar en las últimas semanas. Dar prioridad a la llegada de la alta velocidad o a ... que lo haga bajo tierra, esa es ahora la cuestión. El compromiso firmado por las instituciones pasa por el soterramiento, pero el Gobierno vasco se reafirmó este martes en admitir una alternativa «provisional y transitoria» en superficie si con ella se garantiza que el tren veloz llegue a las capitales cuanto antes. Eso sí, esa opción «no debería suponer aparcar 'sine die' las soluciones que ya están acordadas», advirtió el portavoz del Ejecutivo autónomo, Bingen Zupiria (PNV), que reiteró la apuesta «incuestionable» de Lakua por el acceso soterrado del tren a las capitales.
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La llegada en superficie del TAV se plantea como una especie de parche, algo temporal, ante la «incertidumbre» que rodea hoy a la ejecución del proyecto. Hay dudas sobre el calendario de las obras, y sobre si el soterramiento estaría rematado a tiempo para cuando finalice la ejecución de la 'Y vasca'. Las dudas las han aflorado cargos del PSE, que han sugerido en las últimas semanas la necesidad de pensar en alternativas en superficie para que el servicio se ponga en marcha en cuanto se pueda, sin esperar a los complejos soterramientos. El consejero de Transportes, Iñaki Arriola, defendió que «los 'planes b' son de sentido común».
El choque entre PNV y PSE, socios de gobierno en las principales instituciones vascas, estaba servido. El diputado general de Álava, Ramiro González, defendió este mismo martes que no ve «ninguna alternativa» a la llegada de la alta velocidad a Vitoria que no sea soterrada. «Ni de manera provisional», señaló. «¿Cómo se consigue? Abordando lo más rápido posible las obras», explicó. El líder foral abogó por que se desarrollen de forma «paralela» las actuaciones para hacer realidad el soterramiento y para culminar el tramo entre Burgos y la capital alavesa, esencial para la futura conexión con Madrid. El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, rechazó también que se hable de una llegada del TAV en superficie, una posibilidad que tachó de «absolutamente inaceptable».
El portavoz del Gobierno vasco intentó este martes acabar con cualquier sensación de división en su seno en torno a este asunto. PNV y PSE, dijo, coinciden en que la entrada de la alta velocidad a Vitoria y Bilbao debe producirse bajo tierra, una solución a la que la capital alavesa ha confiado su próxima transformación urbana. El compromiso del Ejecutivo es «incuestionable y total», señaló.
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Pero Zupiria realizó un ejercicio de realismo y admitió como «posible» que, en ocasiones como la actual, haya que poner sobre la mesa «reflexiones en paralelo». El objetivo final es que la alta velocidad entre en funcionamiento a la mayor brevedad. «Si durante el tiempo que haga falta para culminar estas obras hubiera necesidad de momentos o situaciones transitorias o provisionales, es algo que habrá que hablar, resolver y decidir de manera conjunta», afirmó.
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