Con un título como 'Polvo somos' y una localización como el tanatorio de la Funeraria Virgen Blanca, la caja de las connotaciones está abierta a más de una asociación con lo macabro. Pero el cortometraje de la alavesa Estibaliz Urresola está mucho más pegado a ... la vida y sus vueltas de hoja que a Lovecraft o Poe, mucho más inmerso en la sociedad vasca de hoy que en una húmeda tumba bajo la luna nueva. Mientras prepara su contribución para la campaña Zinemina -para apoyar la reactivación del sector cinematográfico, «en este caso, la industria vasca»- la realizadora alavesa atiende también el tramo final de la postproducción de su cortometraje, rodado en febrero, que tendrá una generosa duración de 28 minutos.
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«Siempre es muy importante para la producción de cortometrajes en Euskal Herria la convocatoria del catálogo Kimuak. Se encargan de hacer una distribución nacional e internacional muy potente del corto. Nos presentaremos a la selección porque nos ayudaría a darle muchísima visibilidad», razona Urresola, aún con las dudas e incertidumbres de qué pasará con un buen número de festivales. Y es que no es lo mismo la proyección en la sala que la emisión por streaming, «que conlleva una reformulación muy profunda en cuanto a derechos de emisión y otras cuestiones», expone la productora de Sirimiri Films.
muerte y familia
Urresola plantea que, cuando irrumpe la muerte, se destaca la vida, «especialmente en una familia. Es un fenómeno que activa y reactiva todas las rencillas, amores, odios y emociones desde la risa al llanto más profundo». En 'Polvo somos' el conflicto entre las hermanas Irene y Ane evolucionará de manera que cada una acabará por mover su posición hacia la de la otra. «Se ven obligadas a aceptarse la una a la otra y, quizás, a acercarse entre sí. Hay una inversión de papeles».
Los contrastes entre el frío tanatorio y la casa o el coche de Irene -con diverso tratamiento visual- o detalles como el Carnaval -con una sobrinita disfrazada de flamenca- son algunos de los detalles que Urresola pone ante el espectador. «Pongo en cuestión los roles en la familia, que también tienen que ver con un disfraz que en un momento dado nos hemos puesto».
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festivales 'online'
También, la convivencia del castellano y el euskera, con intensidades diferentes, en distintas generaciones. Y con un reparto como Jone Laspiur (Ane), Goize Blanco (Irene), Klara Badiola (Ama), Itziar Aizpuru (Amama), Patxi Santamaria (Gerente de la Funeraria) e Ilargi Molinillo (sobrina). «Estoy increíblemente agradecida del casting que he podido reunir».
En el horizonte está también '20.000 especies de abejas', «un largometraje de ficción, que será mi 'ópera prima'. Nació en una residencia que convocaba la productora Gariza Films en 2018. He ido desarrollando el guión -con la ayuda a la escritura del Gobierno- vasco y en 2019 me seleccionaron en un programa de mentorías de cine para mujeres». Ahora, a nivel de España, con la iniciativa The Screen, el largo está en fase de desarrollo, con el apoyo «de profesionales súper potentes, desde una dimensión mucho más industrial. Y necesaria».
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