La talla barroca de la Inmaculada regresa a la Catedral Nueva de Vitoria

La titular del templo retorna a tiempo para estar presente en los actos que el Obispado ha preparado para el término del Año Jubilar Mariano que la Santa Sede ha concedido a la catedral de María Inmaculada por las cinco décadas de su consagración.

La escultura de la Virgen, una talla de madera policromada de «factura muy delicada», se engloba en el barroco avanzado. Entre sus características, destaca por poseer un canon estilizado, que contrasta con la amplitud y complejidad de los pliegues de su manto. La policromía de éste es azul, mientras que la túnica, muy clara, se enriquece con multitud de elementos decorativos. El rostro sereno de la imagen ofrece también un contraste con sus manos completamente abiertas de delicados dedos un tanto tensos. Estas manos se sitúan una frente al pecho y otra abierta hacia delante; una disposición diferente a la de otras muchas imágenes de la Inmaculada Concepción, según describe la Diócesis de Vitoria.

Como nota curiosa, cabe destacar que esta talla perteneció a la desaparecida parroquia de San Esteban de Ribera de Valderejo; una localidad alavesa totalmente despoblada desde hace décadas. Su interés histórico y artístico, así como la gravedad de sus deterioros, propiciaron su restauración, que ha permitido recuperar su belleza original y devolverla al culto. De esta misión se ha encargado el Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava; por la Comisión Mixta, formada por el Obispado de Vitoria y la Diputación Foral de Álava. Ambas instituciones han financiado a partes iguales los trabajos; dirigidos por Carolina García Maudes.