Se non e vero...

El tacto rectal y los nuevos tiempos

Para colmo de males, se nos caen los mitos. Uno tras otro, como las piezas de un dominó, se van desplomando axiomas que creíamos inmutables. Un macroestudio, con pruebas realizadas a más de 85.000 pacientes, pone en entredicho el uso del tacto rectal para la detección del cáncer de próstata y revela que la prueba no aporta beneficio alguno ni sirve para realizar un diagnóstico adecuado. Vamos, que se ha venido haciendo por vicio, que dirían en mi pueblo.

O sea, que hemos debido soportar humillaciones ofreciendo nuestras más íntimas oquedades al urólogo para nada. Para más inri, dice el secretario de la Asociación Española de Urología que «más vale meter el dedo que meter la pata». Ya me gustaría cogerlo por banda y explicarle cuatro cosas a este galeno profanador de templos.

En honor a la verdad, he de confesar que yo perdí la virginidad en un quirófano de Txagorritxu. La última voz que escuché fue la de una joven oculta tras una mascarilla que me animaba a contar hasta diez para proceder a realizar la colonoscopia. Es de agradecer que la sedación me hiciera permanecer ajeno a la volatilización de mi hasta entonces inexplorada santidad.

No me pregunten por qué, pero esto del tacto rectal me hizo pensar en nuestro animado Ayuntamiento. Allí, como saben, son de la escuela de los urólogos clásicos. Y siguen defendiendo atacar por la espalda, dedo corazón en ristre, como en las consultas médicas de esta especialidad tan denostada.

Así, Bildu experimentó una suerte de tacto rectal tras ganar las elecciones municipales y perder la Alcaldía. Le vino a ocurrir lo mismo que a Maroto. Que tras oler las mieles del triunfo y quedar primero, le birlaron el catafalco del salón de plenos y se pilló un rebote del demonio con 'manifestapena' incluida.

En esta ocasión, pensé que el desaire situaría a Bildu en la oposición más obstruccionista. La venganza y el encono siempre habían definido la actitud de los defenestrados. Pero tenía que ser la portavoz de Bildu la que demuestre que no ha nacido para la urología.

Por fin hay alguien en el Ayuntamiento que habiendo sido apeado de la Alcaldía no contesta poniéndose el guante quirúrgico ante los adversarios, amenazándoles con exploraciones digitales. Habiéndose confirmado que Bildu permite que Vitoria disponga de presupuestos, tendré que reconocer que un nuevo tiempo se abre en la Casa Consistorial y que algunas mujeres, al fin, han llegado para cambiar las cosas.