La taberna del pueblo alavés que se alquilaba por 150 euros ya tiene dueña

La elección no fue sencilla. Después de que ELCORREO se hiciese eco de la jugosa oferta que lanzaron para encontrar al nuevo dueño, recibieron un aluvión de llamadas. El teléfono echaba humo. «No paraba de sonar. En el Ayuntamiento tuvimos que pedir que a los que llamasen les derivasen al correo electrónico porque no dábamos abasto». La mayoría eran vecinos de Vitoria o Miranda, pero también de Bizkaia, Gipuzkoa. E incluso se interesaron desde Francia o Italia.

Culminado el casting, ahora todos los esfuerzos se centran en trabajar en la reapertura. En el calendario ya hay fijada una fecha: 2 de julio. «Mi intención es abrir cuanto antes y esa ese es el día más viable. Tengo ganas de afrontar este reto, de aportar mi grano de arena para dar vida al pueblo», comenta Sancho, vecina de Judimendi y una experimentada en el mundo de la hostelería que se embarca ahora en su primera aventura en solitario. Lo dice porque los vecinos tenían claro que «sin bar, Armiñón se muere».

Ya hay inauguración y también horario. La taberna abrirá de martes a viernes solo por la tarde y los fines de semana, desde el mediodía. Eso sí, el primer mes será de adaptación. «Quiero empezar poco a poco para no defraudar, para poder conocer a los vecinos y sus gustos. De manera que, avanza, será a partir de agosto cuando el bar pueda empezar a funcionar a máxima revoluciones y se lance también con las cenas.

Será la punta de lanza de un proyecto del que ya anticipa más pinceladas. «Sé que hay niños en el pueblo, por lo que quiero programar actividades para ellos. Y utilizar la sala multifuncional para eventos deportivos; una pena no haber podido ofrecer toda la Eurocopa. Pero hay más deportes y eventos culturales».