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«Este individuo es mi padre y ha vuelto a acuchillar este finde en Vitoria a otra mujer el cobarde. Se cree que está por Pamplona y se le está buscando. Si alguien lo ve que avise». Este mensaje en una conocida red social, acompañado ... con una fotografía actual de Jesús G. P., quien el sábado atacó a una vecina de Salburua, se hizo viral el lunes. Lo compartieron 1795 personas. Su autor se llama Iosu Aristregui. Contaba 14 años cuando su progenitor, asesinó a su madre, Alicia, de la que se había separado. «Me acuerdo perfectamente. También de las palizas que me pegaba», comparte vía telefónica desde su Pamplona natal.
La súbita reaparición de su progenitor le devolvió a aquella pesadilla. «Nadie nos había dicho que andaba en tercer grado. Eso nos ha molestado». Jesús trabajaba en el Jardín de Santa Catalina y por las tardes retornaba a una vivienda comunitaria, de una ONG, pegada al portal de la víctima. La atacó en la casa de ella. Es decir, se conocían. Tras 72 horas huido, el martes fue detenido en Burlada. Ayer miércoles, tras prestar declaración, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria le envió a prisión. Ingresó poco después de las 16.30 horas.
«Siempre tienes un poco la incertidumbre de qué pasará cuando él salga, cómo reaccionaré. Al saber que estaba fuera y que había vuelto a hacer de las suyas, yo tan tranquilo. Y fíjate que me metió mucho miedo de pequeño. A mi hermano también. Pese a ello cogimos el coche y por todo Burlada y Villava estuvimos buscándole», rebobina Iosu, de 32 años. «No era por venganza, sino para pararle los pies. Porque sabemos de lo que es capaz. Y mejor ir de cara antes de que consiguiera matar a alguien más».
Iosu y su hermano sufrieron un calvario en su niñez. Por los golpes de Jesús y por la violencia sobre su madre, a la que no perdonó que le dejara. «Me críe con mi padre hasta los 14 años. Realmente sabía lo malo que era». De hecho, tras el episodio de Salburua, la Policía llamó a su familia materna «para que tuvieran cuidado». Se saben su objetivo. «Iba a venir a por mí, o a por mi hermano o a por la familia de mi madre, que ya son mayores».
«Mi padre tiene familia en Burlada. Le dije a mi hermano que seguro que lo tenían escondido». Acertó. Le capturaron en una bajera, propiedad del entorno de Jesús. A escasos cuatro kilómetros de Pamplona. A raíz de su post en internet, un trabajador de una gasolinera de la autopista de Navarra«me comentó que cree que entró a comprar comida de madrugada». Habla de la noche del lunes al martes.
Iosu no tiene miedo de su progenitor, con el que no mantiene contacto desde 2002, cuando acuchilló con fatales consecuencias a su madre en una calle de Villava. «Después de todo lo que me hizo de pequeño, me queda una pizca de rabia. Pero pillas consejo de un montón de amigos buenos y al final no haces nada. Esto no hay medicina que lo cure. Sólo los años», puntualiza.
A Jesús, delinquir cuando aún no ha cumplido la condena por matar a Alicia Aristregui le costará caro. «Debería estar siempre en la cárcel», cree Iosu, que se ha puesto el apellido de su madre de primero. «Es por ella, también porque es más navarro y quiero que mis futuros hijos lo lleven».
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