Soterrar el tráfico en la rotonda de América Latina cuesta 30 millones

El importe es tan elevado que aleja en el corto y medio plazo cualquier actuación en esta, a veces desquiciante, glorieta para miles de conductores vitorianos. De hecho, el Ayuntamiento no ha reservado nuevas partidas para la reforma de la plaza en su proyecto de presupuestos para 2021 (en los de 2019 sí se contemplaban dos millones de euros entre ese curso y 2021). Tampoco lo ha hecho el Gabinete Urkullu, que ya recalcó, por medio de la consejera Arantxa Tapia, que esta cuantiosa obra no es competencia del Ejecutivo autonómico y la debe asumir la administración local. Evidentemente, la ciudad, como advirtió el alcalde jeltzale, no puede hacer frente en solitario a esa inversión.

Por méritos propios -y a la espera de la entrada del BEI en el entorno de Esmaltaciones-, la rotonda de América Latina se ha convertido en el peor nodo de circulación de la capital alavesa. Lo atraviesan, además de decenas de miles de vehículos, cuatro líneas de autobuses urbanos y el tranvía hacia Abetxuko. A eso se sumará desde el año que viene el Bus Eléctrico Inteligente (BEI), que al tener prioridad semafórica congestionará todavía más el caos circulatorio de la rotonda. La cantidad de más de 30 millones para el soterramiento prácticamente dobla algunas de las estimaciones realizadas anteriormente en el seno del propio Ayuntamiento. Éstas situaban el gasto en torno a los 15-20 millones de euros en función de la solución elegida, según apuntó el grupo municipal de EH Bildu en 2017. La coalición reclamó que se aproveche la implantación del BEI para reformar América Latina y solucionar así sus problemas de tráfico, y demandó en ese sentido que Lakua se haga cargo de parte de la financiación de los trabajos dentro del proyecto del 'bus exprés'.

Desde el PP, que logró incorporar 500.000 euros en las Cuentas Vascas para que en 2018 arrancara el proyecto y en 2019 las obras, vienen denunciado el retraso de la reforma, que consideran prioritaria para Vitoria. La formación afeó hace meses a Urtaran que 3 años después de ese acuerdo no haya avances, y criticó que la redacción del proyecto se enmarcara en un convenio de colaboración entre el Consistorio y Lakua para elaborar tanto el estudio de la rotonda como el de las cocheras del BEI, «relegando» la primera de esas obras.

En el resto de la oposición, Elkarrekin, que probablemente renovará la alianza presupuestaria con el gobierno PNV-PSE, siempre ha apostado por no dar facilidades a los desplazamientos en coche privado y potenciar en su lugar el transporte público. La multimillonaria inversión tampoco encaja en su filosofía, y de hecho condicionan su apoyo a las Cuentas 2021 a aumentar capítulos como el de gasto social.

El soterramiento de la rotonda es una de las obras más demandadas por los vitorianos, como reflejó el barómetro social de la ciudad publicado hace un año, donde el 75% de los encuestados respaldó una reforma integral. Una intervención que se ha ido retrasando y no tiene visos de materializarse en un plazo próximo.