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El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana calcula que el Tren de Alta Velocidad (TAV) por fin llegará a Vitoria en el primer trimestre de 2027 tras décadas de promesas incumplidas. El diputado general, Ramiro González, confía en que estos últimos cálculos se cumplan. ... Eso sí, seguirá parando en superficie hasta que después se ejecute el soterramiento. Cuando finalice el proyecto completo, el dirigente del PNV defendió ayer que servirá para encarar la «transformación definitiva» del centro de Vitoria.
«Dentro de no muchos años tendremos una ciudad muy, muy diferente a la actual y estará llena de oportunidades», destacó el máximo dirigente foral con la mirada puesta en el alcalde Gorka Urtaran, que ocupaba una de las principales mesas en el foro. Pero esa metamorfosis urbanística debe desarrollarse sin descuidar sus «principales señas de identidad»: el carácter 'green' y una «amplísima» prestación de servicios sociales. «No valoramos lo suficiente la cohesión social de Vitoria. Todos los barrios tienen una extraordinaria calidad en la prestación de servicios. No tenemos zonas extraordinariamente degradadas como en otros sitios», defendió.
Tras demasiado tiempo con «dimes y diretes» sobre cómo se debía abordar la llegada del TAV a la ciudad, el compromiso de aceptar una encomienda de gestión -que el Gobierno vasco ejecute el proyecto con financiación del Ministerio- para el soterramiento y el nudo de Arkaute le aporta seguridad. «Confío en que esta vez sí se cumplan los plazos y llegue el tren en 2027», afirmó.
Ramiro González valoró positivamente que el trayecto entre la capital alavesa y Madrid se reduzca en treinta minutos a partir del mes de julio, como publicó ayer EL CORREO. A partir de verano, el viaje podrá completarse en tres horas. «Eso es positivo, sin ninguna duda, pero no es suficiente. Espero que este sea un primer paso en ese camino para tener la alta velocidad en 2027».
La última década ha sido de «notable éxito» para los vinos de Rioja Alavesa, ya que sus exportaciones han pasado de 86 a 119 millones de euros y en la comarca se han instalado algunas de las mejores bodegas para aumentar su prestigio. Sin embargo, Ramiro González señaló como principal problema que el precio medio de cada botella en el extranjero ronde los 5,60 euros. «Los vinos extraordinarios de Rioja Alavesa no merecen ese precio. Eso hace que tengamos problemas para posicionarnos en los mercados internacionales», lamentó. «No tenemos terrenos para aumentar la producción, así que lo único que podemos hacer es subir el precio. Con una marca específica para Rioja Alavesa -bajo el paraguas de la DOC Rioja- podríamos hacerlo», dijo. Sobre la iniciativa rupturista de Viñedos de Álava, González evitó polémicas. «No debemos perder el 'apellido' Rioja, pero hay una iniciativa empresarial y si cumple con los requisitos legales hay que respetarla. No sabemos cuántos son ni qué recorrido van a tener», concluyó.
No es el momento de encarar una reforma fiscal. La pandemia y, después, la invasión de Ucrania han impedido que haya existido un momento de «calma» desde 2020 para analizar los resultados de la recaudación y aprobar una modificación. Las tres diputaciones, que están comprometidas a desarrollar estos cambios de forma conjunta, esperarán a contar con unos datos «normales y no distorsionados» para emprender ese camino. «Tenemos una buena fiscalidad que responde a las necesidades del territorio», defendió Ramiro González, pese a que algunos de los asistentes -sobre todo del sector empresarial- hayan pedido en los últimos meses una reforma en profundidad más allá de las medidas puntuales programadas ante la crisis energética y el inicio de la guerra. Pese a que la Hacienda foral haya recaudado un 11,9% más en los cinco primeros meses del año, González vaticinó que en los próximos datos ya se quedará por debajo de dos dígitos.
Pese a que un informe de la UPV avise de que uno de cada diez pueblos de Álava está en «alto riesgo» de quedarse sin vecinos, el diputado general negó ayer esa posibilidad. «No hay un problema de despoblamiento en Álava», respondió el dirigente del PNV. «Lo que aquí sucede es que tenemos unos 500 núcleos y en muchos de ellos ni siquiera viven diez personas», contextualizó. Para evitar la fuga de vecinos hacia las ciudades, González aseguró que la gente se quedará en la zona rural mientras cuente con servicios públicos como el reforzamiento del transporte foral a lo largo de esta legislatura o el refuerzo de consultorios en la cuadrilla de Ayala. «Las personas se quedarán en el ámbito rural mientras tengan capacidad para hacerlo con transporte público para moverse e inversiones para que los pueblos sean atractivos», subrayó Ramiro González, que recordó los 72 millones de euros invertidos en obras ejecutadas en diferentes zonas del territorio alavés.
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