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David González
Jueves, 12 de julio 2018
La jornada de esparcimiento proyectada en las piscinas de Salinas de Añana, a treinta kilómetros de Vitoria, degeneró en un presunto episodio de intolerancia. Este miércoles, los 60 chavales participantes en una colonia musical tutelada por la Diputación alavesa acabaron expulsados por el socorrista. Según ha sabido este periódico de familiares de los afectados, todo empezó cuando este trabajador impidió bañarse con la camiseta puesta a un menor transgénero.
Este adolescente, que se encuentra en pleno proceso de adaptación física a su identidad de género real, trató de bañarse con la prenda puesta por pudor. Sin embargo, al parecer, el socorrista le negó la entrada a la pileta hasta que no se desprendiera de la camiseta.
Persistió en su negativa cuando otros niños y monitores de la colonia trataron de explicarle las razones del comportamiento del menor transgénero. El vigilante, contratado para la campaña de verano, se mantuvo firme en su negativa en todo momento. Es más, los familiares hablan de «tono amenazante» por parte de este adulto en varias fases del intercambio de opiniones. La normativa de estas instalaciones limita el baño a bañadores y bikinis.
Tras reponerse al asombro inicial por la situación, el resto de menores hizo un corro y, entre todos, decidieron solidarizarse con su compañero. Todos se pusieron sus camisetas y se encaminaron hacia la piscina. Querían mostrar así su apoyo al adolescente. Pero, de nuevo, se toparon con el socorrista.
Supuestamente les dio el alto y les advirtió de que todos acabarían en la puerta si no deponían su actitud. El trabajador incluso amenazó con llamar a la Ertzaintza. Como los chavales no depusieron su actitud y se lanzaron en grupo al agua, finalmente lo hizo. Fuentes policiales consultadas por EL CORREO reconocen que a última hora de la mañana del miércoles se recibió una comunicación desde Salinas de Añana. En ella, un hombre adulto alertaba de un «tumulto o intento de linchamiento» en las instalaciones. De ahí que se enviara al complejo municipal a una patrulla.
Cuando los uniformados arribaron a Salinas de Añana, se encontraron que no existía «tumulto» alguno. Los chavales, acompañados por sus monitores, se hallaban ya fuera de las instalaciones. Sin poder darse otro remojón, aunque orgullosos por su muestra de solidaridad con su compañero vetado.
Este episodio ha generado estupor en la localidad alavesa, conocida mundialmente por la calidad de su sal. Desde el Ayuntamiento de Salinas de Añana aclararon que no comparte este tipo de actuaciones y recordaron que «miles de niños pasan por estas piscinas y jamás había ocurrido nada similar».
La asociación Lumagorri, que defiende los derechos de las personas LGTBI, ha condenado el «episodio tránsfobo» ocurrido en las piscinas de Salinas de Añana y ha reclamado a las instituciones vascas que todo el personal, directo o subcontratado, reciba formación adecuada y útil de cómo se debe tratar a toda la población, incluidas las personas 'trans'. Esta asociación aplaude, por contra, la reacción «ejemplar» que tuvieron los jóvenes y anima a toda la sociedad a «responder ante este tipo de ataques a los derechos humanos y a la dignidad de las personas».
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