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Cristina Vinuesa Lozano, está bregada en trasplantes, ya que desde 2009 ha sido encargada de coordinar desde Txagorritxu a ese equipo de decenas de personas que se moviliza cada vez que surge un donante en la provincia, algo que ocurre unas treinta veces al año. ... Ahora es la nueva coordinadora territorial de Trasplantes, en sustitución de Esther Corral (al mando de toda Euskadi) y compagina su nueva misión con su trabajo de intensivista en la UCI de la OSI Araba, pieza clave en estos procesos. Alaba la gran solidaridad de las familias alavesas.
- Es la nueva coordinadora territorial de trasplantes de Álava. ¿Le gusta la adrenalina?
- Me gusta la coordinación de trasplantes, es un trabajo precioso y muy satisfactorio. Creo que conseguimos ayudar a mucha gente y sobre todo brindar la oportunidad de donación a todo aquel que lo desee.
- Antes ha sido coordinadora de trasplantes hospitalaria en Txagorritxu. Habrá visto todo tipo de situaciones.
-Sí, aunque yo creo que nunca te acostumbras del todo. Son situaciones dramáticas, porque claro la donación surge cuando una persona fallece y te encuentras en un escenario en el que hay una familia con una tragedia y en ese momento con mucha prudencia pero con gran franqueza y honestidad tienes que proponerle la posibilidad de donación.
- ¿Se preparan para esto?
- Sí, sí, hay cursos de comunicar a las familias el proceso de donación, pero sobre todo lo que más te enseña es la experiencia, porque cada donación, cada entrevista es única y de cada familia aprendes muchas cosas.
- ¿Nota evolución con los años sobre como éramos antes las familias alavesas ante una donación y cómo somos ahora?
- Sobre todo noto el cambio en mí. Vivimos en un sociedad que es tremendamente generosa con las donaciones de órganos. Inicialmente la entrevista te impone mucho respeto porque que te da mucho apuro preguntar a una familia que está en un momento de pérdida por algo que no es en su propio beneficio sino el de los demás. Pero he aprendido que el hecho de poder ser donante a la familia le ayuda, porque les supone una sensación de consuelo. Dentro del drama que es la muerte, el ayudar a los demás les produce una sensación satisfactoria de solidaridad, de altruismo y eso les consuela.
- ¿La donación está plenamente aceptada?
-Sí, está bien vista. Yo creo que todo el mundo querría recibir un órgano si lo necesitara y al revés, poder donar si las circunstancias lo permiten. Nuestro mayor objetivo es ayudar a esas familias primero y luego brindarles la oportunidad de donar a quienes lo deseen y también velar por ese paciente en situación de espera que tiene en el trasplante la única oportunidad de sobrevivir.
-¿Somos capaces de ver todos los recursos que se movilizan desde Vitoria cada vez que hay un 'código donación'?
- Se pueden movilizar hasta 100 personas con cada donación y no sólo a nivel hospitalario, en el que participan casi todos los servicios, es que también se ponen en marcha profesionales de otros hospìtales que a veces tienen que venir aquí para hacer las extracciones, la ertzaintza,el helicópero, los aeropuertos, compañías aéreas privadas...
-¿Con cada donación cuántas vidas se salvan?
-Con un donante multiorgánico se pueden llegar a salvar hasta siete vidas.
-¿En lo personal, cómo lleva eso de vivir pegada a un móvil?
-La disponibilidad es una parte dura del trabajo porque requiere un esfuerzo personal, quitas tiempo para estar con tu familia, amigos, pero bueno... te vas a costumbrando. Yo he tenido a mis hijos ya siendo coordinadora así que... Pero se compensa con los resultados. Piense que es un proceso de horas, que necesita una preparación, no es algo que se haga de un momento para otro.
-¿El futuro de los trasplantes por dónde pasa?
-En los últimos años han surgido nuevas formas de donar que hacen que sea posible acercar la posibilidad de donación a pacientes que no son solamente neurocríticos. Cuando empecé, todos los donantes estaban en muerte encefálica, o sea con un daño cerebral severo por el que morían. En los años siguientes se desarrollaron programas de asistolia, de donación a corazón parado.
- Santiago fue pionero.
-Si, en 2010 se hizo la primera donación de España en asistolia controlada por el equipo de Esther Corral. Y ha habido un crecimiento exponencial de donantes en asistolia controlada. El año pasado hubo más de 1.000 a nivel nacional. Y es que esta nueva forma de donación nos permite ofrecerla a pacientes que fallecen por patologías cardiacas, respiratorias, neurodegenerativas e incluso en el contexto de la prestación de la ayuda a morir. Y está el donante vivo, que son programas que funcionan realmente muy bien.
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