Paul Urkijo posa para una reciente entrevista concedida a EL CORREO. igor martín
Perfil

El singular universo de Urkijo

La filmografía del director alavés ha seguido dos constantes: su apego a la tierrra y su inagotable inspiración en la literatura fantástica que le marcó en su niñez

Sábado, 15 de octubre 2022, 12:21

Paul Urkijo es uno de esos mayores con el espíritu de crío intacto. De esos que hojea y revisa las páginas de los libros que despertaban en él sus mejores fantasías de niñez. Historias plagadas de héroes y villanos, de aventuras, de lugares siniestros y ... tenebrosos poblados por brujas y monstruos. Los mismos escenarios a los que le trasladaron, más adelante, los cómics Creepy y las sagas de videojuegos de Capcom. Tan vasto es el singular universo en el que se mueve su prodigiosa mente. Hoy, tras beber durante años de esa inagotable fuente de creatividad, acababa por consagrarse con un premio en su festival fetiche. Sí, este sábado el director alavés con mayúsculas empezó a escribir su propio mito.

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Licenciado en Bellas Artes en 2008, apenas tres años después empezaba a hacer sus primeras virguerías con la cámara y a compatir sus por entonces 'frikadas' en cortos como 'Clavos' y 'El Pez Plomo'. Una carrera de fondo para el que sería su gran salto a la dirección profesional, 'Jugando con la muerte'. Su estreno en clave de humor negro fue sin duda una buena carta de presentación con nada menos que 24 premios y más de 100 selecciones, entre ellos algunos de sus primeros reconocimientos internacionales. Y lo mejor es que la gesta solo acababa de empezar.

Paul Urkijo en 2010 en compañía del presentador Christian Gálvez, uno de los productores de 'Jugando con la muerte'. e.c.

Nacido en Vitoria en 1984, el apego a las raíces ha sido la otra máxima de sus filmes. Pocas veces ha escapado a ese folklore euskaldun con contados ejemplos como el de Naik, el protagonista de 'Los monstruos no existen'. El corto en el que relataba la historia de un niño camboyano temeroso de Yeak, el ser que, según la tradición jemer, devora a los pequeños más revoltosos. Y una vez más, con el resultado en la mano, su viaje de rodaje al sudeste asiático mereció la pena. La cinta, se podría decir, causó sensación en India, pues allí le caerían seis de los 31 galardones que fueron a parar entonces a su vitrina.

Superada esa prueba de fuego para consolidarse en el universo fantástico, Urkijo empezó a tramar su primer intento serio de asaltar Sitges. El nombre de dicha criatura sería 'El bosque negro' -en concreto el de Izki- y el caballero que haría los honores, como en el anterior corto, sería de nuevo Txema Blasco. Finalmente no tuvo tan buena acogida en los festivales como su anterior historia, pero al menos consiguió «demostrar que éramos capaces de poner en pie un proyecto como este y que podemos afrontar en el futuro una producción ambiciosa», apuntaba un joven Urkijo en la presentación de este filme en Vitoria allá por 2014.

Su cuento de txiki

Y vaya si lo consiguió. Porque a esta producción le seguiría otro salto cualitativo en su carrera de cineasta, el de rodar su primer largometraje. Todo un sueño cumplido puesto que, además, lo hizo con su cuento favorito de txiki, 'Patxi Errementari'. Su adaptación del herrero y el diablo de aita Barandiaran hizo justicia a su talento con 12 premios en países tan distantes como Eslovenia, Brasil o Estados Unidos, país este último donde se hizo con el premio en casi todas la categorías del Filmquest de Utah. Y, lo más importante para él, el reconocimiento a la mejor película en la semana de cine de terror de San Sebastián y la ansiada nominación en el festival meca del cine catalán.

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Paul Urkijo (a la derecha) supervisa una sesión del rodaje de 'Errementari'. igor aizpuru

Estaba otra vez en el camino y la fórmula del éxito ya la tenía. Creencias religiosas, el miedo al infierno y el fuerte arraigo de la tradición. Esos fueron los ingredientes que cautivaron al público de 'Errementari' y los mismos que los que, salvando el abismo cronológico que separa ambas pelis, centrarían 'Irati'. La lucha por imponerse del cristianismo al paganismo secular vascón en plena Alta Edad Media se ha demostrado otra ópera taquillera que suma un nuevo hito a esta época dorada del cine vasco. Esta vez con Urkijo de la mano de su nuevo 'prota', Eneko Sagardoy. Quien sabe si un nuevo talismán al que agarrarse en esta carrera que promete ser 'oso handia'.

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