«No quiero tener alzhéimer con 84 años y que apenas me presten ocho minutos de atención al día», afirma Ana. Ella fue una de las cerca de cien trabajadoras de residencias privadas alavesas que este miércoles se concentraron en la Plaza de ... la Provincia de Vitoria mientras sus representantes sindicales mantenían una reunión con Emilio Sola, el diputado de Políticas Sociales. Las cerca de 1.100 personas empleadas en este sector vivieron su segunda jornada de huelga y, por la tarde, recorrieron las calles de la capital alavesa en una manifestación.
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Los centros geriátricos de mayor tamaño parecen «dispuestos a juntarse» en torno a una patronal para negociar este convenio que se reclama desde hace años. «Al parecer otras pequeñas no lo contemplan porque ven peligrar su negocio, pero esperamos abrir camino con las grandes», explicó Maider López, portavoz del sindicato ELA, al término de la reunión. A falta de confirmación oficial, las trabajadoras tienen previsto reunirse con las empresas y la Diputación en el seno del PRECO, el órgano de resolución de conflictos laborales, el próximo 19 de noviembre.
La Diputación emplazó de nuevo a las empresas de residencias privadas a asociarse para negociar un convenio territorial para el sector. «Hemos trasladado nuestro compromiso firme de hablar con la patronal para que se constituyan en una o más asociaciones. Les volveremos a instar porque no es la primera vez que les emplazamos a ello y daremos cuenta de los resultados de esa reunión», afirmó Emilio Sola, diputado de Políticas Sociales. «No nos parece que la Diputación sea un mero interlocutor, creemos en su responsabilidad ya que si las residencias no tienen más dinero no puede haber mejores condiciones de contratación», señaló López.
EMILIO SOLA, DIPUTADO DE POLÍTICAS SOCIALES
maider lópez, portavoz sindicato ela
'Por trabajar una noche cobramos 17,46 euros. Por un domingo 18,71', rezaban los carteles de las concentraciones. Estas trabajadoras cobran 997 euros mensuales de media y completan 1.792 horas anuales, 200 euros más y casi 500 euros menos que sus compañeras de Bizkaia y Gipuzkoa. Además de una subida salarial reclaman más personal para atender los centros de mayores, ya que denuncian una sobrecarga que se ha acrecentado con la pandemia y sus medidas sanitarias. «Este es un trabajo muy exigente física y psicológicamente y el personal no se ha reforzado pese al Covid-19», denunció Belén, auxiliar de enfermería que trabaja como gerocultora. «Al final quienes pagan las consecuencias son los mayores, que están peor atendidos en las residencias privadas», reitera Ana, de baja. «Me rompí dos dedos para evitar la caída de un usuario», resume.
David Alonso, representante de ELA, denunció que el Gobierno vasco vulneró el derecho de huelga de este colectivo al volver a establecer unos servicios mínimos del 100%, como en la primera jornada de huelga. Los sindicatos tienen prevista una tercera jornada de protestas el próximo 25 de noviembre y advierten de que seguirán con las movilizaciones si no se producen avances.
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