El Ayuntamiento hará un seguimiento «continuo» a la treintena de personas sin hogar que se ha refugiado en la vieja fábrica abandonada de Fournier, tal y como desveló el pasado domingo este periódico. El departamento de Políticas Sociales municipal vigilará la situación de los 'sin ... techo' de la antigua factoría de Puente Alto para detectar sus necesidades, aunque asegura que ya existieron contactos previos, y que los indigentes «rechazaron» la asistencia municipal. Es decir, el control se realizará a distancia, de forma que los moradores continuarán por el momento en la fábrica abandonada.
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Los servicios sociales municipales señalan que es indispensable la «aceptación expresa» de estas personas para prestarles asistencia, y que lo intentan de forma «repetida» si la primera respuesta es negativa. «No les podemos obligar a ser atendidos por los servicios sociales, ni les podemos mover a nuestro antojo sin su consentimiento. Merecen el máximo respeto y sus decisiones también», apuntan desde la parte socialista del Gabinete Urtaran. En este caso concreto, se trata de un pabellón de titularidad privada, pese a su abandono, por lo que se necesitaría una denuncia de su propietario para iniciar su desalojo. Según los informes locales, algunos de los moradores fueron desalojados el pasado año de los pisos okupados de Olárizu. «Entonces también se les ofreció ayuda», insisten desde el Ayuntamiento.
Por lo tanto, el control, que incluye un «acompañamiento para la realización de gestiones administrativas y asistencia sanitaria», se realizará a través de los regulares «recorridos a pie de calle» y acercamientos de educadoras municipales. «Les han ofrecido salir de allí, al igual que la propia Policía Local», dicen en el Consistorio, que de forma puntual «habilitó plazas en las viviendas comunitarias de los Arquillos debido al mal tiempo».
Para los tres grupos de la oposición municipal (EH Bildu, PP y Elkarrekin Podemos), sin embargo, esa cobertura resulta insuficiente. «Cada vez son más las personas que duermen en la calle o que piden dinero en ella. A día de hoy más de 100, y 30 pernoctan en fabricas abandonadas, otras en lonjas… Y frente a ello, el Ayuntamiento mantiene suspendido el dispositivo de alojamiento invernal, un espacio ideado para atender a 20 personas durante los días más duros del invierno. Y si ya de por sí es inaceptable, lo es más aún cuando la ocupación en los servicios de alojamiento como Aterpe y CMAS supera el 94%, lo que supone una saturación de los servicios», asegura la concejala Rocío Vitero (EH Bildu), quien critica que «la única medida que adopta el Ayuntamiento es la de poner vallas en Arriaga o el conservatorio, ocultando la pobreza en lugar de atajarla».
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En una línea similar se pronuncia el PP, que también apuesta por la activación del alojamiento de emergencia. «Algo no se está haciendo bien y el Ayuntamiento no da respuesta, tendrá que dar una solución. Hay más personas que nunca en la calle y Urtaran se ha cargado el dispositivo de alojamiento invernal. Debe habilitarlo con carácter inmediato», apuntan desde la segunda fuerza de la oposición.
Por su lado, Elkarrekin Podemos pide al equipo de gobierno que «deje de mirar hacia otro lado mientras las personas sin hogar se desplazan hacia el extrarradio o a fábricas abandonadas, como es el caso». «Se trata de un grave problema que debemos afrontar con el fin proteger y defender una vida digna para que nadie tenga que vivir en la calle», concluye Gemma Zubiaurre (Podemos).
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