Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El centro cívico Aldabe acogerá este miércoles el coloquio 'La II República en Álava' a las 19.30. El catedrático de Historia Contemporánea de la UPV/EHU Santiago de Pablo reflexionará sobre esta etapa de la historia de España en el marco del ... ciclo 'La República en Álava, ayer y hoy' organizado por el Ateneo Republicano Eraiki en colaboración con el Instituto Valentín de Foronda.
«La segunda República fue una etapa breve pero importante y compleja. La República tuvo dificultades por el contexto de crisis económica y fue a contracorriente en el contexto internacional», explica. Su llegada trajo consigo el despegue de la pluralidad política alavesa, aunque paradójicamente el carlismo se convirtió en la primera fuerza política. «La mayoría del electorado alavés era contrarrevolucionario», recuerda dePablo. El PNV creció y Francisco Javier de Landaburu se convirtió en su primer diputado en las Cortes por Álava. La izquierda estuvo representada por el PSOE y los sectores republicanos por personas como Teodoro González de Zárate, alcalde de Vitoria. José Luis de Oriol lideró el carlismo. «Un industrial de la oligarquía vizcaína logró hacerse con su control en Álava», precisa el historiador, quien considera la falta de unidad interna el mayor problema de la izquierda de la época.
En los años treinta la política alavesa debatía si sumarse o no al Estatuto vasco de 1931. «Hubo muchos sectores opuestos a él. Primero las izquierdas lo vieron como una maniobra del PNV y después el carlismo lo vio como una forma de republicanizar Álava», señala. En la práctica se aprobó en 1936, en plena Guerra Civil. Otro de los aspectos de la República que causó reparos en Álava, con una población mayoritariamente católica, fue su política laicista. «La expulsión del Obispo de Vitoria Mateo Múgica de España acusado de hacer propaganda monárquica en 1931 fue uno de los hechos que más tensionó la situación», subraya de Pablo.
Por aquel entonces Álava era una provincia pobre y poco industrializada, pero contaba con un fuerte sentimiento alavesista. «Se oían proclamas que recuerdan a lo que luego fue Unidad Alavesa. Que si Bilbao y los nacionalistas nos van a comer, que si en Álava no se habla euskera...», enumera el experto. Pese a los acontecimientos que tuvieron lugar en otras partes del país, el teniente de alcalde republicano Tomás Alfaro escribió en su diario que hasta entonces Vitoria había sido «un oasis de paz» el 18 de julio de 1936, cuando arrancó la Guerra Civil. «Fue una etapa tranquila pero en la sociedad llegó a formarse la sensación de que era necesario un cambio de ciclo. No se puede demonizar la República y pensar que fue una etapa desastrosa previa a la Guerra, pero tampoco puede verse como la panacea a todos los males», recomienda de Pablo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.