Una potente fiesta teatral

Dentro de las cinco obras programadas el grado de riesgo y de claridad varía pero destaca el trabajo de Ane Gebara. Su cándido viaje hacia los recuerdos de su abuela le conducen a una bella transformación estilística en la que el realismo del cuentacuentos se diluye mientras la protagonista se busca, se define y se encuentra en un pletórico baile expresionista que abraza su identidad.

En 'Mis Alegrías' Daniel Rosado también busca su esencia, en este caso dentro del código heredado en el flamenco. Su obra interroga lo que es el folklore hoy mientras baila por alegrías subido a una bicicleta o fusionándolas con contemporáneo. De forma paralela Andrea Berbois y Pedro Balbete juegan con desestructurar la mirada a la música clásica. El violín, sus voces y cuerpos se mueven desde la desarticulación de los límites que impone la tradición en un intrigante camino que baja a tierra las composiciones de Bach. En la velada no faltan momentos hilarantes como los regalados por Dani Pedrosa y otros en los que los artistas varan perdidos en una estética sin concepto como en 'Opera Buffa'. Baratza ofrece una cita teatral que llena de vitalidad y frescura la escena.