
El Gobierno de Pedro Sánchez ha abierto la puerta a reconocer a las víctimas de la masacre que el 3 de marzo de 1976 hubo ... en la iglesia de San Francisco de Asís, en el barrio vitoriano de Zaramaga. Un gesto político que supondría un paso importante porque podría acelerar su distinción legal hasta conseguir el resarcimiento moral, político, histórico y económico que desde hace décadas se reclama para las familias de los cinco asesinados (Pedro Mari Martínez Ocio, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Perea) y los cientos de heridos que dejó la acción indiscriminada perpetrada por la Policía Armada.
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En una respuesta parlamentaria a la que ha tenido acceso EL CORREO, el Ejecutivo central admite por primera vez que «se podría realizar el reconocimiento» a la lucha de los trabajadores fallecidos en la huelga de hace 45 años y su derecho a una reparación plena, como le reclama el autor de la pregunta, el diputado alavés del PNV Mikel Legarda. Todo esto, según el Gabinete Sánchez, basándose en la Ley de Memoria Histórica aprobada hace catorce años que «reconoce y amplía derechos y establece medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra civil y la dictadura». Un texto que, sin embargo, hasta el momento no ha conseguido los objetivos deseados por parte de muchas víctimas.
A esta positiva contestación en las Cortes se le suma la buena disposición mostrada por La Moncloa a las cartas enviadas por el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, a este respecto. La primera en 2018 -pocos días después de que prosperase la moción de censura contra Mariano Rajoy- y la segunda el pasado 15 de marzo. En dichas misivas defiende que las víctimas de Zaramaga merecen una reparación que «puede venir de una declaración política y no sólo jurídica». En este sentido pone el ejemplo de David Cameron, antiguo primer ministro del Reino Unido, que 38 años después del 'Domingo Sangriento' de Derry (Irlanda del Norte) mostró en 2010 su «consternación» por la actuación del Primer Batallón de Paracaidistas británico que supuso la muerte de trece manifestantes.
De hecho, la petición de Urtaran para «el reconocimiento y la reparación de la memoria» de los cinco muertos y el centenar de heridos en la iglesia de Zaramaga se ha reenviado a la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, y al secretario de Estado de Memoria Democrática (cartera de reciente creación), Fernando Martínez López, «para su oportuna valoración». Así lo notifica el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, en una comunicación con fecha 29 de marzo.
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Todo esto con el objetivo de caminar hacia «la verdad, justicia y reparación» que reclaman las asociaciones de víctimas que trabajan para que el recuerdo de aquella masacre no se borre de la memoria de los ciudadanos. Para eso, el alcalde de la capital alavesa reclama por carta a Pedro Sánchez que exista un «reconocimiento de que aquello estuvo mal, que fue injusto, que fue un grave error y que las víctimas eran personas inocentes que merecen reparación».
Estos trámites caminan en paralelo a otros que también buscan reparar la memoria de los asesinados y los heridos. Entre ellos destaca el proyecto impulsado por el Gobierno vasco, la Diputación, el Ayuntamiento y el Obispado para convertir el templo de San Francisco de Asís en un centro memorial permanente en que se explique lo sucedido aquel Miércoles de Ceniza de hace 45 años. De momento, se está a la espera a la constitución del patronato que lo gestione.
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