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«Son días tristes». Iñaki Beraza transmite con sus palabras el sentimiento que existe en Salvatierra después de que un incendio devastase en la madrugada del lunes la planta de quesos Aldanondo, una de las empresas importantes del municipio que da empleo directo ... a 55 trabajadores. En este sentido, el impacto «se hará notar no sólo en Agurain sino también en otras zonas porque aquí el personal viene tanto de Vitoria como de pueblos de Navarra», añade el alcalde.
Pero además hay ganaderos que también surten de leche -más de vaca que de oveja- a Aldanondo y que ahora durante tiempo perderán ese cliente, hasta que la compañía logre recuperarse de este desastre porque el fuego, originado en el área de almacén y embalajes, destrozó la nave, incluidas las oficinas, el área de producción y también los dos millones de kilos de queso que había en su interior. «Existe la preocupación de qué va a pasar ahora, pero esperemos que Aldanondo pueda recuperarse y mantenga la actividad y el empleo en Agurain», expresó Beraza a modo de deseo.
Esta firma de quesos ya superó otro momento delicado hace unos años cuando llegó a acumular una deuda de 18 millones de euros, pero pudo refinanciarse y salir a flote en 2016. La compañía tiene también plantas en Olaberria (Gipuzkoa) y Galdakao (Bizkaia), pero hasta el domingo era en el polígono de Lituxipi, en Salvatierra, donde fabricaba el producto. Ahora pasarán semanas y meses hasta que vuelva a tener actividad porque, de hecho, los peritos comenzaron ayer a hacer una valoración de los daños.
«Son importantes», dejaba bien claro Iñaki Beraza. El origen del incendio todavía se desconoce «y queda bastante trabajo por hacer» para determinar las causas, añadía el director del cuerpo foral de bomberos, Javier Carro. Ocho efectivos de los parques de Agurain e Iruña de Oca continuaban ayer en las instalaciones de Aldanondo intentando «rematar» los conatos y rescoldos de fuego que pudieran quedar en la planta por la abundante cantidad de restos de materiales combustibles. La actividad de estos bomberos se centraba en el almacén de la empresa de quesos, donde debajo de las chapas caídas, explicaba Carro, existe una importante cantidad de cartón así como de plástico diluido y fundido; y el fuego, al contacto con el aire, puede resurgir.
«Esta labor va a costar», confesaba el responsable del cuerpo de bomberos de la Diputación alavesa, porque hay todavía una «carga de combustible que es terrible», en alusión a las 12.000 bandejas de plástico destinadas para meter los quesos y que con el incendio han quedado derretidas.
En este sentido, la dificultad para los efectivos encargados de la extinción también se la encontrarán en la zona de las cámaras frigoríficas de Aldanondo, donde existe «mucho» estocaje de producto. De hecho, el lunes ya se cifró en dos millones de kilos de queso la producción que había dentro de la planta.
También se tardarán días en hacer la evaluación completa de los daños, porque para ello es necesario que los dueños, junto a los peritos, puedan acceder al interior de la empresa sin que exista riesgo para su integridad física.
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