Nacida en el seno de una familia de hidalgos, época en la que, a la hora de heredar «el varón será preferido a la hembra», al morir su padre sin dejar más descendencia, recayó en Ramona Norberta de Albiz el mayorazgo que su familia tenía ... en Labastida. Tenía quince años. Había nacido en Poza de la Sal, Burgos, el 11 de junio de 1768, porque allí tenía casa su madre, pero por sus venas corría sangre de los Albiz y de los Quintano, dos de las familias más acaudaladas de la villa riojano alavesa de Labastida, donde tenían casas, viñedos y bodegas.

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No había cumplido los veinte años cuando, el 5 de febrero de 1788, Ramona Norberta se casó con José Rafael de Vitoria, rico comerciante de Bilbao, ciudad de la que había sido alcalde en 1782. Eran años en los que el viñedo cubría la jurisdicción de Labastida y, empujada por los buenos resultados de sus parientes los Quintano, que habían estado en Burdeos para ver cómo lograr que los vinos pudieran llegar a las Américas sin estropearse, en la primavera de 1793 Ramona Norberta decidió levantar una bodega al 'estilo Burdeos' en el pueblo de su padre, Labastida.

Para sufragar su coste, Ramona Norberta vende por 26.000 reales una casa que tenía en la calle Berlandino y contrata a unos canteros vizcaínos para que construyan la bodega «para gobierno y buena administración de los vinos ordinarios y de los que se hacen a el método de los de Burdeos». Gracias a la tasación que hacen los peritos de los costes de la construcción, tenemos el estudio más minucioso de la que, según la documentación que conocemos, es la primera bodega que se construye al estilo Burdeos en esta zona vinícola. Un cantero, un carpintero, un albañil y un cerrajero tasan en 92.360,23 reales la inversión. Toda una gran y moderna bodega, con sus lagos y trujal, que podía recibir cerca de 100.000 kilos de uva.

Suponemos que el disgusto de la pareja fue mayúsculo ante el gasto, pero no se desanimó de modo que un documento fechado en 1798 confirma que se hace vino al «estilo de Burdeos» en la bodega del Otero: «una tina con cinco cellos de hierro...de cavida de 360 cántaras de vino de Burdeos». Al poco de terminada la bodega, Ramona Norberta se queda viuda, volviéndose a casar en 1801 con Luis María de Salazar, primo suyo, que ocupará importantes cargos en la corte de Madrid. Este año los cosecheros de vino de Labastida que elaboran al estilo Burdeos se enfrentan a las ordenanzas aprobadas por el Ayuntamiento. Tras una reunión celebrada en otoño de 1803, el Consistorio dice que son pocos «los fabricantes del vino de Bordeos (sic)» y entre ellos está «la casa de doña Ramona de Albiz, esta última no ha hecho ni causado perjuicio al vino clarete, porque su venta la ha practicado a su riesgo y ventura, pues todos sus vinos fabricados a dicho método de Bordeos (sic) los ha conducido de su cuenta a la villa, y por lo tanto no ha retraído a ningún arriero».

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Suponemos que Ramona de Albiz continuó elaborando vino al método Burdeos en su bodega del Otero, como sus primos los Quintano, que lo hicieron hasta el año 1819. De nuevo viuda, Ramona Norberta se retiró a Madrid donde falleció el 17 de julio de 1842, sin haber tenido descendientes. La rica herencia que dejó pasó a la familia de su segundo marido, los Salazar, que vendieron la bodega del Otero a la familia Garizabal. A mediados del siglo pasado sobre el solar de la bodega se construyó el mesón Alai, en cuyo sótano se conservan los dos calados de la bodega que, al estilo Burdeos, mandó construir el año 1793 Ramona Norberta de Albiz en la Labastida.

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