La capilla del cementerio vitoriano de El Salvador se quedará, un año más, sin poder albergar sus tradicionales misas con motivo de Todos los Santos. Llueve sobre mojado, porque esta situación se repite ya por tercer curso consecutivo. La causa son los graves desperfectos que ... sufre este templo, cuyo titular es el Ayuntamiento de Vitoria. Unos severos daños que concretamente afectan a la parte frontal del altar, que está desprendida, y también al techo, en la misma situación y con trozos «del tamaño de una mano» esparcidos por el suelo del edificio, detallan a este periódico fuentes de la Diócesis.
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También la instalación eléctrica se encuentra en malas condiciones. Unos problemas que han obligado a clausurar la capilla (en la puerta se informa del cierre). Además, durante todo ese tiempo se ha acumulado una gran cantidad de suciedad y hasta ha habido actos vandálicos (han desaparecido unas figuras de unos ángeles). Tampoco hay calefacción. La Diócesis ya ha informado de ello al Consistorio, pero por ahora el templo sigue igual. Todo ello se agrava en una fecha tan señalada como Todos Los Santos, cuando el cementerio bulle de familiares y allegados de personas fallecidas que descansan en el lugar.
Y las eucaristías, que se celebraban los días 1 y 2 noviembre de mañana y tarde (solían realizarse 3 o 4), son especialmente demandadas por esos fieles que se desplazan en estas jornadas al camposanto, algunos llegan desde otras ciudades españolas, reseña la Diócesis. Se trataba de celebraciones en las que el templo, con capacidad para unas 150 personas, acababa «lleno». Antes del cierre del templo por su avanzado deterioro se celebraban también eucaristías el primer domingo de mes. Con todo, no habrá cambios este curso: los feligreses se quedarán sin poder rezar a sus difuntos bajo techo.
Hay «mucha» gente que en esta época del año adelanta su asistencia a esta necrópolis, construida en el año 1973 en el concejo de Otazu, a las afueras de la capital alavesa, y acude en las semanas o jornadas previas al 1 de noviembre para acondicionar, arreglar o depositar flores en el lugar donde están enterrados sus seres queridos. Buena parte de esas personas, de hecho, se interesan y se dirigen tanto al capellán del cementerio como a otros trabajadores para saber si se van a desarrollar las misas.
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Pero la falta de eucaristías no afecta solo a El Salvador, también se da en el cementerio de Santa Isabel. Su capilla, también de titularidad municipal, es utilizada como un «almacén» para maquinaria de mantenimiento del Ayuntamiento. Esto, lamenta la Diócesis, impide también a los fieles asistir a misas, muy demandadas en Todos los Santos.
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