Ruta de cócteles con firma alavesa

Cinco combinaciones artísticas que derrochan sabor y sorprenden desde el primer sorbo. Del más tradicional a mezclas innovadoras, cada cóctel impacta en los paladares más avezados

Martes, 18 de junio 2024, 00:39

Es un viaje de sabores extraordinarios. Creaciones caprichosas y sorprendentes que llevan la mixología a niveles fuera de serie. En la capital alavesa hay locales que miman todo el proceso, ofreciendo al personal magia en sus copas. Una amplia variedad de sabores y combinaciones expertamente ... preparadas por talentosos profesionales del buen trago aguardan detrás de barras como la del Clover Club (Fueros, 6), un local elegante y atractivo en el que mandan las copas. Su nombre viene de un combinado con clase. Se cuenta que un joven barman, llamado Ambrose Burnside, inventó un cóctel específicamente para los miembros de un selecto club, básicamente un gin sour con la incorporación de sirope de frambuesas, y así nació el Clover Club Cocktail. En Vitoria, destaca el denominado Pecado original, una bebida cuya base es la ginebra Master's de Manzana, a la que añaden Chartreuse, un licor de hierbas francés; brainapple, un zumo de manzana con vinagre de sidra; sirope de yuzu, un jarabe de limón procedente de Asia; y cítricos. El resultado es un verde excitante que seduce a cualquiera.

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En Soho Vitoria (Postas, 44), disponen de una variedad amplia de cócteles para todos los gustos. Uno de los más apreciados es el Jerry. Es para amantes del whisky. Lleva Monkey Soulder ahumado, un whisky que te traslada a Escocia, mezclado con tequila, mango, limón y un bitter toasted, elaboración que se usa para aromatizar la creación. Una propuesta dedicada al padre de la mixología moderna, Jerry Thomas, un genio del mundo del cóctel que marcó una época durante el siglo XIX y puede considerarse como el profesor de todos los Bartenders.

Coctel Paradise, del Sagartoki.

No muy lejos está el Apolo (Cuesta de San Francisco, 6) donde brilla un clásico veraniego: el San Francisco. Refrescante y sin alcohol, en el preparado los zumos de frutas son los protagonistas junto a la granadina. Quienes saben apuntan a su origen en la ciudad de San Francisco, a principios de 1970. Aseguran que el dueño de un bar entró a su establecimiento y se encontró a su camarero totalmente borracho durmiendo sobre la barra. Le despertó bruscamente para reprenderle, pero el barman tuvo una salida ingeniosa, asegurando que estaba esperando para ver el amanecer y plasmar sus colores en un cóctel.

En plena Plaza de los Fueros reina el Wonders (Independencia, 6), otro lugar emblemático para quien guste de tragos con clase. Allí se puede disfrutar del Pink Wonders, un cóctel con ginebra de fresa, zumo de piña, limón, puré de mango y de fresa. Su color rosado invita a imaginar sorbo a sorbo. ¡Ah!, una curiosidad, en el bar hay pajitas comestibles de distintos sabores, ideales para acompañar la copa.

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Una propuesta de Soho.

Y en Sagartoki (Prado, 18) no deben perderse el Perennial Smile, una delicia con cachaza, una bebida alcohólica que se obtiene de la destilación del jugo de la caña de azúcar fermentado, licor de granada, limón, vainilla y espuma de fruta de la pasión. Un cóctel que en boca es un verdadero festival y que, como su nombre indica, deja una sonrisa imperecedera en sus parroquianos.

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