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Una vez superada la fase de los recuerdos infantiles, juveniles y no tanto. Al cabo de haber acudido a las campas años y años, se ... me ocurrió pensar que la romería de Olárizu era la única romería que conocía en la que no se iba a ningún sitio con el fundamento religioso propio de ellas. Normalmente a una ermita dedicada a santos y santas de enorme devoción popular.
En el caso de la de Olárizu, se iba a unas campas, por entonces mucho más pequeñas que las de ahora, en plan total de romería. Lo que significaba cargar entre todos con el menage para comer, cazuelas, cubiertos, vasos, manteles de tela,... y lo necesario para beber, las cantarillas de cristal y cesto de toda la vida. Como en toda romería, el ambiente se iba animando y, a media tarde, todos y todas estaban dispuestos a bailar al suelto, el fandango, la jota el 'arin-arin' y a volver, de romería, en alegre kalegira saltando con las biribilketas en compañía de los concejales a caballo, los bomberos con antorchas. Todo de romería salvo el detalle de a qué santo, santa, Virgen o cualquier otra devoción se trataba de honrar. No había.
Llevado por mi incorregible gusto por corregir las cosas he intentado que la romería de Olárizu contara con su ermita y con su Virgen. Como Olárizu fue pueblo del que quedó una ermita, que desapareció, le expliqué el caso a la concejala de Cultura y le animé a que consiguiera una para ponerla en Olárizu. Se trataba de desmontar alguna de las que estaban casi en ruinas en Álava y traerla a Olárizu. De esa manera la romería cobraría sentido. Misa de creyentes devotos en la ermita, de par de mañana, y, luego, el resto. Prefiero no explicitar la respuesta que recibí.
Más tarde, siempre con mi afán inútil de estudiar cosas de Álava, me encontré con la noticia de que en Mendiola tenía una Andra Mari preciosa que, en realidad, no se sabía muy bien de dónde había salido. Me dio la cosa de pensar que la imagen fuera la titular de la parroquia/ermita de Olárizu. Y aunque no lo fuera, que si se la traía el día de Olárizu, al estilo procesional antiguo, y presidía la romería desde un entaribel preparado al efecto, hasta devolverla al atardecer, la romería tomaría cuerpo de romería; no como ahora. Sabía yo que la idea tenía poco desarrollo pero la hice circular, con el resultado presumible.
En vista de lo cual, me he desorientado por otro camino. El de la romería cívica. Según el cual la de Olárizu se trataría de una reunión popular, más que de una romería; aunque lo pudiera parecer. Imagino que, cuando el lugar de Olárizu fracasó, aquello en que consistía, es decir las casas del pueblo con sus iglesias más sus alodios y montes, pasó a ser controlado por los de alrededor. En este caso, los de Mendiola y los de Vitoria.
Supongo que los de Vitoria pudieron más y aprovecharon algunas tierras del pueblo desaparecido para montar un lugar en el que almacenar el ganado que debería abastecer las carnicerías de la ciudad y a sus ciudadanos. De ahí, pienso yo, que la comitiva que recorría los mojones de Vitoria saliera de la dehesa donde estaban los caballos.
Decidido a sumarme a esta nueva hipótesis, y aprovechando las casualidades de la vida, me apunté a recorrer los mojones municipales con los municipales, es decir el alcalde y concejales, guardias, monteros, comenzando con ellos los 11 años de etapas desde el mojón inicial, en Júndiz.
Pude hacerlo porque, en ese momento, al Ayuntamiento organizaba un autobús para el pueblo. Se pagaba una cantidad simbólica en un centro cívico y se tenía derecho legal a que te llevaran al inicio de la etapa, y a devolverte a Vitoria al final, y, menos legal, pero tremendamente social y humano, a caminar junto a la comitiva oficial, almorzar junto a ellos, con ellos, e incluso de lo de ellos. Con la familiaridad que proporciona el compartir viandas y un trago de buen vino, el rato era para no olvidar.
Esto fue así y dejó de serlo. Sin más. Ya no hubo ni autobús, ni muchas explicaciones de por qué no lo hubo. Por lo que decidí caminar por libre, hasta completar todos los mojones. Creo que la Corporación los revisa en 11 etapas pero no estoy seguro. Tengo una carpeta con papeles que me regaló mi amigo, el gran José Ignacio Durana, y ahí tendré toda la información. A ver si la reviso para la próxima que vaya a la romería, o lo que sea, de Olárizu.
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