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Gema Zárate junto a la patata más grande, con más de un kilo.

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Gema Zárate junto a la patata más grande, con más de un kilo. Igor Martin

La romería de la gran patata

La XXXI Feria de la Patata de Valdegovía ha vuelto este domingo a la localidad de Espejo. Se han vendido más de 6.000 kilos de este tubérculo

Domingo, 20 de octubre 2024, 18:28

Es imposible entender la gastronomía sin la patata, un bien preciado en todos los hogares y que cada año el Ayuntamiento de Valdegovía le dedica un día especial. La Feria de la Patata en la que colabora EL CORREO, ya va por su 31º edición y este año se ha celebrado en el pintoresco pueblo de Espejo. Este evento, que ya se ha consolidado como una tradición en la comarca y al que atrae visitantes de las zonas aledañas, rinde homenaje a uno de los productos más emblemáticos de la zona, con una jornada repleta de actividades en la pequeña villa.

A la entrada de Espejo se encontraban Pilar Bardeci y Jesús Mari Ríos, los únicos productores que vendían este tubérculo. Ya no recuerdan los años que llevan acudiendo a esta feria, pero sentencian que «son muchos» y más los que llevan en el oficio. Nadie como ellos para hablar de la patata alavesa. Bardeci viene de Tobilla con un camión que carga más de 3.000 kilos de género divididos en sacos de 25 kilogramos a 20 euros. Su objetivo es vender hasta el último kilo, pero lamenta que «cada vez se vende menos, estas fechas no son buenas, la gente aún tiene en los huertos», ha explicado.

Jesús Mari, de Espejo, comparte el mismo pesar. En su caso ha traído algo más, 3.500 kilos de patata spunta, una de las más codiciadas y vendidas. «Llevo más de 20 años viniendo a esta feria, se nota mucho la diferencia depende de las fechas en las que se celebre. Antes, cuando se organizaba en febrero vendíamos 10.000 kilos, en octubre es imposible llegar a esos números», ha expresado. «Además, este año la producción ha sido seca y cada vez hay menos productores, porque tampoco tenemos relevo generacional». De hecho, según ha calculado el alcalde de Valdegovía, Gorka Salazar «ahora mismo pueden haber como 8 productores, cuando antes cada casa cultivaba». La producción de este tubérculo ha descendido en los últimos años y quienes se dedican a ello lo notan. «Hace años metía todo el género y cada semana tenía un frutero que me lo compraba, ahora si la meto en casa se queda ahí», ha apuntado Iker Pinedo que viene de Villamaderne.

Aunque, el día de hoy no era para sacar cuentas, sino más bien disfrutar del festejo. La plaza de Espejo se había convertido en la mañana de este domingo en el centro neurálgico de la fiesta. Más allá de la patata, había toda una serie de puestos de productos artesanos, desde pan ecológico hasta sagardo o bisutería artesanal. Entre ellos también se encontraba el puesto de Neiker (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario), que habían traído una selección de estos tubérculos; Miren. Zorba, Edurne, Gorbea... una serie de antiguas y nuevas variaciones que han trabajado en el instituto. «La más 'famosa' es Edurne, »que será una de las últimas en llegar al mercado«, ofrece distintas posibilidades tanto para freir o cocinar, que es fácil de pelar también y es lo que busca la gente », ha matizado Amaia Ortiz Barredo del instituto.

Apoyar el sector y disfrutar del ambiente

Jesús María Presa y María Pilar Cantera Baza vienen de Mirando. Siempre que pueden no se pierden esta cita. Y mira que Jesús Mari cultiva la patata en su huerta y no necesitan comprarla, pero aseguran que un saco de 25 kilos sí que se van a llevar, porque «tenemos la confianza y la certeza de que el ejemplar de aquí está muy bueno y es ecológico, en otro sitio no compramos», ha zanjado su compañera, María Pilar.

Más allá de este principal alimento, el ambiente de esta feria atrae a mucha gente, porque es una oportunidad «para encontrarte con gente de los alrededores que no ves otros días, además de que la música, los puestos están muy bien», ha afirmado Julia Villate que venía de Villamaderne junto a su hija. Estíbaliz Medina, Rubén Arroyo y su hija Maitane, son otros de los que no se pierden la cita. «El ambiente vasco, apoyar al sector, las actividades que hay para los pequeños, más allá de la venta de patata, todo está muy bien organizado», ha detallado Estíbaliz. «Acabamos de llegar, ahora nos comeremos un talo y nos pasearemos por los puestos para ver qué hay», ha añadido su marido, Rubén.

Pelota mano, campeonato de salto, charla, juegos infantiles,... en Espejo había hueco para todo este domingo, incluso para la faceta más solidaria. La degustación gastronómica corrió a cargo de la ONG Zaporeak que elaboraron 600 platos de patata con Bacalao. El género, como no podía ser de otra forma, era alavés. «Hace unos años estuvimos y nuestro plato tuvo mucho éxito, con el producto de aquí sale muy bien», ha señalado Peio García. Todos los que estaban en los fogones preparando las raciones son voluntarios de la asociación y entre plato y plato les han comentado a los comensales que lo recaudado irá destinado al campo de refugiados de Lesbos donde llevan colaborando 9 años.

Entre patata y patata, al final de la jornada se ha escogido al ganador del cultivador del tubérculo más grande de la feria. En este caso, el premio ha recaído en la pequeña Gema Zárate Pineda, de ocho años, que ha sido la custodiadora y representante del ejemplar que ha presentado su prima. En concreto esta pieza pesa 1 kilo y 277 gramos, casi nada y viene desde la localidad de Corro. «Estoy muy contenta porque haya ganado mi prima, le dije que se presentara ella al concurso porque nosotros no tenemos en la huerta», ha detallado la Gema.

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