Ironman Vitoria 2024
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Ironman Vitoria 2024
Roban las bicicletas a dos triatletas en el Ironman de VitoriaUno ni siquiera pudo competir y el otro se marchó a su ciudad con el disgusto de perder un vehículo valorado en más de 6.000 euros. El Ironman Vitoria dejó un regusto amargo para dos de sus participantes. Ambos fueron víctimas de los ... robos de sus bicicletas.
El primer incidente ocurrió el viernes. Un participante descubrió que le habían sustraído el vehículo que iba a usar en la prueba. Interpuso denuncia ante la Policía Local de Vitoria. Con una descripción muy precisa del vehículo, agentes municipales indagaron, pero sin resultado alguno. Según varias fuentes, ese triatleta no pudo participar el domingo.
El segundo afectado sí. Tras acabar la prueba, guardó su bicicleta en su vehículo particular y lo estacionó cerca del centro cívico Aldabe. Sobre las 22.00 horas descubrió que alguien le había entrado en su automóvil y se había llevado la montura, entre otros objetos. Ya en el Half de triatlón, celebrado el pasado 1 de junio, el segundo clasificado también sufrió un robo similar. En su caso, cuando subió al podio a recoger su trofeo. El autor fue detenido y la bici, recuperada.
Al parecer, el alto precio de estos vehículos han atraído a los amigos de lo ajeno. De hecho, algunos participantes se percataron de que desconocidos «vigilaban» sus rutinas en los hoteles que habían cogido en la capital alavesa. Una prueba que, por cierto, se adjudicó por sorpresa Antonio Benito.
Medios consultados subrayan que el alto precio de estas monturas -muchas diseñadas personalmente para su propietario- acarrean que sean «atractivas» en el mercado negro. Insisten en que podría haber demanda de robos «por encargo».
Con más de 400 denuncias al año sólo en la Policía Local, la pregunta es; ¿a dónde van estas bicicletas robadas? Una vez sustraídas, las bicicletas arrebatadas a sus dueños suelen dejarse 'enfriar' en lonjas, camarotes y pisos de diferentes barrios.
Después de tres o cuatro días ocultas, los ladrones materiales las colocan a un 'mayorista'. Según ha sabido este periódico, las apilan en el interior de furgonetas -no más de diez ejemplares para no llamar la atención- y las llevan a un pabellón ubicado en una provincia limítrofe. Allí las tunean y bajan a Andalucía o el Norte de África.
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