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Rioja Alavesa sigue aumentando su listado de viñedos singulares calificados así por el Ministerio de Agricultura por sus «características agrogeológicas» diferenciadas que permiten generar uvas para producir vinos con unos «con rasgos y cualidades» especiales. La orden firmada por el ministro Luis Planas y que ... se publicará en el BOE en próximas fechas incluye cinco fincas alavesas entre los nuevos doce parajes vitícolas identificados como 'singulares' dentro de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja.
Bodegas Araico, firma familiar fundada en 1987 y dirigida ahora en segunda generación por Estíbaliz y Miguel Martínez de Cañas, tiene dos de esos viñedos en Villabuena y que darán nombre a los vinos El orgullo de Julián -en honor al padre de estos dos hermanos- y El cuartillo de Araico. La primera finca se plantó en 1950, tiene 3.200 metros «y ya en 2019 vimos que la uva que había allí tenía gran potencial. La ubicación del viñedo, en Carralciego, es muy buena, con una inclinación del 6%; en la parte más alta están las variedades blancas y en una más honda, las tintas. No se encharca nunca y no hay riesgo de botrytis», de que se pudra el fruto, sostiene Miguel, responsable técnico.
fincas «exquisitas»
El otro paraje singular reconocido está en La Calera, data de 1961 «y son 1.200 metros de viñedo en terraza», detalla. En ambos casos, «hablamos de uva muy pequeña, con taninos y aromas muy concentrados» y de las que Martínez de Cañas espera conseguir producciones «selectas», en total apenas 1.200 botellas.
Una cifra similar maneja Juan Valdelana para su Finca El Alguacil, que acaba de entrar en la nueva relación de viñedos singulares. En su caso, además, ha tenido que cambiar el nombre a otros dos parajes y ha ampliado un tercero. «Seguimos apostando por esta iniciativa, nos parece bonita e interesante. Creo que pueden salir vinos de mucha calidad y que prestigien nuestra comarca», señala el joven viticultor de Elciego que lidera la bodega familiar con su padre y su hermana.
Valdelana atesora ya una decena de parajes «exquisitos» y espera sacar al mercado antes de fin de año seis vinos singulares: los tintos La Medika, Senda Las Damas y Senda de la Traición y los blancos Tronco Negro, La pared de los curas y Senda Las Damas. La última adquisición data de 1920 «y es especial. Una viña que me ha dejado Luis Miguel Fontecha, el alguacil del pueblo que ya se ha jubilado -de ahí el nombre- y al que conozco hace muchos años». La finca tiene 3.000 metros y «haremos alrededor de 1.200 botellas», dice.
En Elvillar y Lanciego están los otros dos viñedos singulares, Selva Negra y Paraje de la Virgen. Este último corresponde al sudafricano Bryan MacRobert, con bodega en Logroño y viñedos en toda la DOC. «Rioja Alavesa es especial y este paraje en concreto aún más, del año 1920. Es una finca de 7.000 metros plantada después de la filoxera. Deducimos que con uvas garnachas procedentes de Aragón y tempranillos de Toro», explica.
Aunque la comarca alavesa representa con su extensión de viñas un 20% de la Denominación Rioja, tiene el 44% de todos los singulares, 59 de 133. Los rendimientos máximos que se pueden obtener por hectárea son de 5.000 kilos en uvas tintas y 6.922 en variedades blancas -inferiores a lo permitido, por ejemplo, en la próxima cosecha, de 6.175 y 9.000 kilos respectivamente-. La vendimia debe ser manual y los vinos han de pasar por dos catas de técnicos del Consejo Regulador -en el resto de botellas es una- antes de salir al mercado y acreditar al menos 93 puntos sobre 100, una nota de excelente. Tendrán también un etiquetado específico.
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