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Un grupo de temporeros trabaja durante una campaña de vendimia en Rioja Alavesa Igor Aizpuru
Los excedentes de vino en Rioja Alavesa alcanzan los 25 millones de litros

Los excedentes de vino en Rioja Alavesa alcanzan los 25 millones de litros

La DOCa Rioja fijó en 2021 un plan a cinco años para reducir existencias, pero no ha logrado frenar una tendencia mundial

Miércoles, 26 de junio 2024, 00:45

Rioja tiene, desde hace un lustro, un enemigo común a todas las bodegas. Y no es ni la etiqueta ni la diferenciación geográfica ni la estructura de su Consejo Regulador. Son los excedentes de vino. Un quebradero de cabeza al que ya en 2021 le declaró la guerra el gobierno del sello vinícola. «Procurar el equilibrio rentable e incentivar la calidad será una de las prioridades estratégicas de Rioja». Es la frase con la que se fijó el primer objetivo que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja) se autoimpuso hace tres años. Entonces lanzó un plan estratégico que apostaba por reducir las existencias de forma progresiva hasta 2025 para ir recuperando los precios.

Para ello se guía por un indicador que se calcula dividiendo las existencias de vino por las salidas, tanto mediante ventas como a través de medidas como la destilación o la cosecha en verde, el arranque de uva antes de que madure. El resultado es una ratio que permite saber cuántas cosechas están almacenadas o en proceso de crianza. Y esta tasa está incluso peor que en la pandemia.

El excedente, tomando como referencia la cosecha del año pasado, se sitúa en estos momentos en el entorno de los cien millones de litros en el conjunto de la denominación. Y alrededor de una cuarta parte, según confirman fuentes del sector, estaría acumulado en barricas de Rioja Alavesa: algo más de 25 millones de litros.

Cifras peores que en pandemia

La ratio, clave para medir la rentabilidad del vino, superó en 2023 el techo de 2020, marcado por la covid

Y es que la Denominación cerró la temporada 2023 con una ratio de 3,77 cosechas en bodega (cuando pretendía bajar al 3,38). Es decir, a la marca Rioja 'le sobra' el 40% de lo que podría considerarse una cosecha aceptable para la rentabilidad económica.Viticultores y bodegueros consideran que la proporción adecuada debe situarse entre 2,85 y 3,15 cosechas. Por debajo el precio de la uva se dispararía. Por encima, el problema es el inverso: los precios caen tanto –por la cantidad de uva almacenada– que se pone en riesgo su rentabilidad. Es lo que pasó el año pasado, cuando el sindicato agrario Unión de Uniones detectó kilos de uva en suelo de Rioja a 0,75 euros, un precio notablemente bajo que este verano podría repetirse.

Hoja estratégica

«Pese a todo, Rioja está aguantando mejor que otras denominaciones este momento»

Rafael del Rey

Director general del Observatorio Español del Mercado del Vino

Se bebe menos vino

El plan estratégico diseñado en 2021 contó con el respaldo de KPMG, una de las consultoras más prestigiosas de España. En el proceso de diseñar esa hoja de ruta participaron expertos de medio mundo, se crearon treinta grupos de interés y se recurrió a los consejos de otras denominaciones para mejorar la posición del vino de Rioja. De aquí salieron elementos como el despliegue de la inteligencia artificial, uno de los asuntos más polémicos en la pasada campaña de vendimia. Sin embargo, el objetivo de reducir el vino almacenado no se está cumpliendo, sino que cada vez hay más en las barricas.

¿Por qué pasa esto? Son varios los factores que explican la situación. Por un lado están las ventas. El año pasado cayeron un 5,18% respecto al ejercicio anterior: en 2023 se comercializaron 238 millones de litros de vino, pero se siguió produciendo más, 259 millones. En Rioja Alavesa también se dio esta situación.

Rafael del Rey es el director general del Observatorio Español del Mercado del Vino. Sobre la caída de las ventas, apunta que el problema es de índole «mundial». «Hay un descenso del consumo y el comercio del vino que está afectando especialmente a los tintos de gamas medias», subraya. La inflación y una situación de «sobrealmacenamiento» en países como Canadá, Japón o Estados Unidos está lastrando la comercialización de los caldos.

Un mercado hundido

Los altos 'stocks' de vino en Canadá, Japón y Estados Unidos lastran el comercio mundial

Además, hay una tendencia «estructural»: cada vez se demandan «vinos más frescos y fáciles de consumir. El mercado está virando hacia blancos, espumosos y bebidas de baja graduación». Ese cambio no es complicado para quienes venden vino, pero sí para los productores. «Una denominación tarda más en cambiar y Rioja ha sido tradicionalmente tierra de tintos. Reaccionar no es fácil y hay que seguir muy de cerca a los mercados: la asignatura más importante sigue siendo la mejora de la comercialización». Pese a ello, Del Rey cree que «Rioja está aguantando» los problemas mejor que otras denominaciones.

Desde el Consejo Regulador, sus portavoces remiten al 'Plan para la Recuperación del Equilibrio', una senda bianual que sí que se está cumpliendo. De ahí salió el recorte en los rendimientos de los viñedos de uva tinta al 90% o un impulso más decidido a medidas como la destilación.

El plan buscaba producir menos de 390 millones de kilos de uva y el año pasado se obtuvieron 377. Aun así, se elaboró más vino del que se vendió. Hace unos pocos días se actualizó ese plan y el Consejo se abrió a estudiar el arranque de viñedos. Sobre la ratio, el presidente de la DOCa, Fernando Ezquerro, pidió «no vivir mirando el dato cada quince días o cada mes» en una entrevista con el Diario LA RIOJA.

Las bodegas pequeñas, peor

A esto hay que sumar, en suelo alavés, el mal funcionamiento de las ayudas del Gobierno vasco para eliminar vino. El pasado año, la destilación sólo consumió 2,91 de los 8 millones de euros que reservó el Ejecutivo autonómico para ese fin. Las ayudas a la cosecha en verde tampoco funcionaron: apenas se gastó la mitad de los 7,3 millones reservados para estos estímulos. Si bien, este año se ha simplificado el proceso administrativo para acceder a ellos.

Con todo, la ratio de 3,77 que se maneja en la denominación es sólo una media. Jesús Bauza, portavoz de la UAGA y miembro del pleno del ConsejoRegulador, ya apuntaba meses atrás en este periódico a una tasa que «en bodegas pequeñas podría ser de hasta un 7,5 cosechas», lo que complica aún más vender a un precio sostenible. «Y nosotros no tenemos accesos a los canales de las grandes bodegas. Vivimos del boca a boca», advertía.

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