Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El cambio climático golpeará con mayor o menor impacto a todos los municipios alaveses en el próximo siglo. Los diagnósticos prevén que las precipitaciones caerán hasta la mitad en los meses de verano, mientras que el fenómeno de las 'olas de frío' desaparecerá. El problema ... es que esos impactos barruntados para las próximos décadas no son tan lejanos. De hecho, están empezando a experimentarse en la Cuadrilla de Rioja Alavesa, donde viven una sequía «endémica».
Esta zona al sur de la provincia cuenta con 10.952 hectáreas que se encuentran en «riesgo alto de desertificación», como alertó la 'Estrategia de Protección de Suelo 2030' del Gobierno vasco. Se corresponde a un tercio de la comarca vitivinícola. El Ministerio de Agricultura y el Consorcio de Aguas de la zona tratarán de hacer frente a esa alerta al inyectar 13 millones para planes de riego y abastecimiento. En los próximos años sumarán una nueva balsa para almacenar aguas sobrantes de la época invernal –que les permitirán regar hasta 400 hectáreas– y una estación de bombeo que reducirá la presión sobre el acuífero de Sierra Cantabria, de donde bebe el territorio en la actualidad.
Noticia relacionada
El proyecto de regadío, pendiente desde hace más de 24 años, beneficiará a cerca de un centenar de agricultores de los pueblos de Barriobusto, Labraza y Moreda de Álava que cuentan en sus terrenos con «cultivos leñosos» como viñas, olivos y almendros. Ese planteamiento, de 12,7 millones de euros, «permitirá un ahorro de agua de hasta el 20% del consumo actual», según calculan desde la comunidad de regantes de Valdeperna, quienes asumirán algo menos de una cuarta parte de los fondos, ya que el 80% se financiará gracias al Plan nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
¿Cómo funcionará? La balsa (de unos 280.000 metros cúbicos) captará las precipitaciones invernales y aquellas que caigan en los arroyos de Buenpajera, Horcajo y Valdevarón. Además, el hecho de que se pueda regar «sin necesidad de bombeo» favorecerá el ahorro energético. La aplicación de novedosas tecnologías digitales contribuirá además a realizar un análisis más sencillo en caso de déficit de agua en la planta y calculará la aportación hídrica necesaria exacta.
Las obras, a cargo de la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), han arrancado hace poco más de una semana y está previsto que se prolonguen durante 24 meses, hasta 2026. «Estamos en la primerísima fase», asume Miguel Ángel Bujanda, secretario de la comunidad de regantes de esta zona. «Llevamos desde los 2000 dándole vueltas a cómo sacar adelante esta construcción porque, hasta ahora, teníamos un sistema de riego de acequias que estaba completamente en desuso. Si no llovía, sufríamos una reducción de la cosecha. Esto será un buen método de apoyo», celebra el viticultor, que es consciente de que en localidades cercanas llevan implantados este tipo de trabajos más «diez y veinte años».
Lo cierto es que, tras la sequía de 2012 –que llevó a Álava a pedir a Lakua la activación del Fondo de Catástrofes para paliar las pérdidas de cosecha en varias zonas de la Rioja Alavesa afectadas por la sequía y el granizo– el departamento foral de Agricultura, que dependía en ese momento del popular Borja Monje, anunció que en un año el 80% de la superficie de viñas contaría con infraestructuras hidráulicas que permitieran el riego, pues hasta ese momento eran inexistentes en zonas como Yécora, Lanciego, Elvillar, Elciego, Laguardia y, por supuesto, en Moreda.
Algunos de estos pueblos fueron creando sus propias balsas. Pero en otros, como Moreda, han tenido que esperar más de diez años para cumplir con esta tarea pendiente dada la complejidad burocrática y el retraso de las subvenciones.
De manera paralela, la nueva estación de bombeo de agua potable (EBAP) se instalará en Oion. Esta localidad –«consume prácticamente la mitad del agua que gasta la comarca», según el presidente del Consorcio de Aguas de Rioja Alavesa, Pedro María Martínez– tendrá un abastecimiento de agua alternativo a través de la captación del río Ebro. Así, de forma complementaria a la estación de bombeo, una tubería de impulsión de 5.204 metros de longitud unirá el polígono industrial de Casablanca, en Laguardia, con el área industrial de El Carrascal, en Lanciego.
Este plan será una «salvaguarda» ya que, a diario, se consumen en Oion 3.000 metros cúbicos, que ascienden a 5.000 en verano por el aumento de vecinos y el arranque de la vendimia. En la actualidad, el municipio cuenta con un depósito propio de 5.000 metros cúbicos, que resulta insuficiente para surtir a toda la zona. De ahí que se eche mano del acuífero de Sierra de Cantabria y de los depósitos próximos de Laguardia y Lanciego. Así, si se atiende a los datos, estas conexiones resultarán más que esenciales en una zona que implantó sus primeras restricciones ya en abril –para el riego y llenado de piscinas, principalmente– con el fin de tratar de «diversificar las fuentes» y «agotar menos recursos naturales».
El Consorcio sacó a licitación en abril el proyecto tras firmar un convenio con URA. Cuatro empresas presentaron sus ofertas con un presupuesto base de 1.767.691,27 euros y en las próximas semanas se adjudicarán finalmente las obras. Si todo va bien, el movimiento en los terrenos podría comenzar en julio. Las actuaciones tienen una duración prevista de seis meses, aunque se hará un parón durante la recogida de la uva, ya que el tramo final de la tubería discurre entre viñedos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.