«Si no me dejan regalo, no pasa nada. Tengo muchos juguetes y otros niños, ninguno»

A las 11.30 horas han empezado a sonar las trompetas de bienvenida en la céntrica plaza. «Que vienen, que vienen», coreaba algunas familias.

En la plaza de España también esperaban con ganas a los Reyes Magos. Asier Martín (9 años) y su prima Nerea Rodríguez (7 años) acuden por tercer año a recibirlos emocionados. Asier entregó la carta hace un par de días en el buzón. En su petición un juego para la Nintendo y también una oda a la solidaridad. «Me he portado bien, pero les he puesto que si no me lo regalan, no pasa nada porque ya tengo muchos juguetes y otros niños no tienen nada».

Mireia Rodríguez y a sus hijos Unai y Egoi, de 11 y 8, respectivamente, son habituales en el recibimiento de la estación. «Esta vez se han paseado más que nunca para saludar, siempre nos hace mucha ilusión», comentaban. Un coche teledirigido es uno de los deseos de esta casa,

Zeiane (7 años) aguardaba con una carta en la mano y se lo ha puesto fácil a sus Majestades. «He pedido tres sorpresas a Melchor, que me traiga lo que quiera», comentaba junto a su vecina Izaro (11 años). Ya Olentzero se portó bien con ellas. «No tengo preferidos», decía la más pequeña mientras su amiga confesba por lo bajini que era más del carbonero vasco desde el andén.

Ni el frío ni la niebla han impedido que los más pequeños se reencuentren con los Reyes Magos. Clara, de 7 años, ha sido de las más madrugadoras. Media hora antes de la llegada esperaba a las puertas de la estación para pedirle a Baltasar la película 'Encanto'. «Antes el favorito era Melchor». Pero los gustos cambian. «Se ha portado estupendamente», decía su ama Isabel Alonso. «Siempre ha venido a recibirlos salvo los dos últimos años en los que no lo hemos podido ver».

«He pedido tantos regalos que ni me acuerdo», decía la pequeña Izaro luciendo un gorro navideño. Uno de los que más desea es un «peluche que en realidad es un koalita», ilustra. «¡Ese lo tengo yo!», le dice Airis, con quien vio por primera vez a los Reyes Magos desde la plaza. En años anteriores solían acudir a la estación de tren. También los padres tienen algún deseo sumado a la «salud». «¡Una freído de aire hemos pedido para comer más sano!», decían acerca de uno de los utensilos de cocina más demandados. ¿Qué han sentido al ver a esos seres mágicos? «¡Felicidad!».

Izan, con su chaquetón ananjado, dice que ha pedido un juego para la Nintendo. Pero también desea que «lleguen regalos para todos». Entre los pequeños se genera un debate. Mientras que una familia se decanta por los Melchor, otros prefieren a Gaspar. «Estamos muy nerviosos y por la noche pondremos el zapato para que vengan los Reyes», decía Iara. Su hermano ha pedido al rey de pelo castaño un robot y un Scalextric.