Reto para la Araba del siglo XXI
«Es posible que el creciente nerviosismo del PNV alavés tenga que ver con esta extraña maniobra condenada al fracaso»
kike fernández de pinedo
Sábado, 26 de mayo 2018, 00:29
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kike fernández de pinedo
Sábado, 26 de mayo 2018, 00:29
Basta con tener un mero conocimiento de la realidad alavesa para darse cuenta del profundo desequilibrio territorial que acarrea nuestro territorio: una capital que no para de crecer demográficamente, un puñado de pueblos por encima de los 3.000 habitantes y centenares de pequeñas localidades ... por debajo del millar de habitantes. Todo ello, unido al agravamiento de fenómenos comunes al conjunto del territorio como el envejecimiento de la población o la baja natalidad, está suponiendo que amplias zonas de Araba se estén literalmente despoblando o se hayan convertido en pueblos que viven de viernes a domingo y de abril a septiembre. Esta situación es especialmente grave en las Cuadrillas de Añana y Mendialdea y el enclave de Trebiñu, donde si no se adoptan medidas urgentes de carácter estratégico corremos el riesgo de encontrarnos con verdaderos páramos humanos.
Ahora, en la antesala de las próximas elecciones forales, el PNV ha introducido el debate de una posible reforma de la ley que regula el actual reparto de circunscripciones y escaños de nuestras Juntas Generales. Resulta sumamente llamativo que un partido tan dado a 'cocinar' los grandes y pequeños acuerdos institucionales haya tirado por la calle de en medio y haya lanzado desde una Cuadrilla gravemente afectada por el problema del despoblamiento este debate, sin que conste ningún tipo de contraste previo con fuerza política -no al menos con EH Bildu y, según parece, tampoco con su socio de gobierno (PSE) ni con el presupuestario (PP)-. Es posible que el creciente nerviosismo existente en el PNV alavés de cara a las elecciones de 2019 haya tenido que ver algo con esta extraña maniobra condenada al fracaso. Esta operación habría sido mucho más creíble en la primera mitad de la legislatura: por emplear un símil baloncestístico, no parece muy ético ni justo plantear cambiar el reglamento del juego en el último cuarto del partido. Tampoco resulta creíble la defensa de las comarcas de la zona rural por parte de un PNV que lleva meses desarrollando políticas desde la Diputación destinadas a la centralización y usurpación de los servicios y competencias propios de las entidades locales.
También ha resultado llamativa la respuesta extemporánea, sobreactuada y grosera de la portavoz del PP hablando de «pucherazo». Resulta altamente contradictorio que quienes se quejan de una supuesta sobrerrepresentación de las Cuadrillas inmersas en la actual circunscripción de Tierras Esparsas en detrimento de Gasteiz, no vean ningún problema en otros modelos que incorporan criterios de equilibrio territorial, por ejemplo, el Parlamento de Gasteiz. Parece que sabedor de su débil y decreciente presencia en el territorio alavés le lleva a aferrarse a la capital.
EH Bildu es consciente de la complejidad de la configuración tanto demográfica como territorial de Araba. Si a los graves déficits existentes en el terreno de los servicios más básicos (sanidad, educación, servicios sociales…), las infraestructuras y el transporte, la cultura y el ocio, la vivienda o la imposibilidad de trabajar donde se vive, se le añade la irrelevancia política, la sensación de 'no pintar nada', de que todo se decide en la Capital, de que toda la burocracia institucional está pensando por y para los gasteiztarras, ¿qué futuro le estamos ofreciendo a nuestro Territorio?
Es la hora de repensarlo. Y eso incluye también diseñar la arquitectura institucional más efectiva para el correcto y equilibrado desarrollo de las políticas públicas en el conjunto del territorio. Esta labor requiere abrir un debate profundo y pausado, donde todas las sensibilidades políticas e institucionales puedan expresar sus preocupaciones más inmediatas y sus legítimas aspiraciones, pero donde también la propia ciudadanía alavesa y los diferentes agentes sociales, económicos y culturales tengan su espacio para participar, proponer y, llegado el caso, decidir.
EH Bildu no permitirá que urgencias electorales e intereses partidistas condicionen un debate de carácter estratégico para nuestro territorio. Araba debe prepararse para los importantes retos que marcarán la agenda de las sociedades avanzadas en el siglo XXI. Es responsabilidad de todos y todas abordar esta reflexión con altura de miras, primando el interés de la ciudadanía y la construcción de una Araba que explotando todas sus potencialidades avance en la construcción de una sociedad más justa y equilibrada. Ese, y no otro, es el compromiso de EH Bildu.
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