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Los buzones de basura repartidos por los barrios del sur de Vitoria engullen ya los desechos de sus vecinos. Por la puerta naranja tragan los restos orgánicos y por la amarilla, los envases de plástico, que son digeridos a través de la red de 7, ... 7 kilómetros de tuberías que conforman las 'tripas' de la central de recogida neumática que se levanta en la calle Iturritxu y que este lunes, tras varios años de espera, pulsó el botón de encendido. El sistema da servicio en esta primera fase a 900 familias de Aretxabaleta, Gardelegi y Esmaltaciones –uno de los rincones más jóvenes de la ciudad– aunque tiene capacidad para atender a un total de 4.688 hogares (unos 14.000 habitantes) y llegar hasta los distritos de Adurza y San Cristóbal. El plan para la ampliación de su cobertura, eso sí, carece de fecha pero está sobre la mesa.
La planta ubicada junto al centro comercial de Aretxabaleta sólo acaba de echar a andar dentro de la amplia red de recogida neumática que se extiende por el subsuelo vitoriano, con otros seis puntos en marcha. En 2002 entraron en funcionamiento las instalaciones del Casco Viejo y después se incorporaron Coronación, Ibaiondo, Salburua, con dos, y Zabalgana, con otro par, al sistema, que suma más de sesenta kilómetros por donde viaja la basura que generan los vecinos de estos barrios. La central recién estrenada, capaz de tratar 10,5 toneladas de residuos al día, da respuesta a los residentes en una de las zonas por donde la ciudad ha crecido en los últimos años. Era «una demanda vecinal», asumió el alcalde, Gorka Urtaran, durante la inauguración del equipamiento que gestiona la firma Envac Iberia.
Los hogares que llenan de vida el sur de Vitoria han aguardado cerca de ocho años desde la entrega de las primeras llaves en los bloques construidos en el sector 19 para ver la planta junto al Carrefour en activo y poder echar la basura en los 165 puntos de vertido repartidos por sus calles. La recogida neumática necesita un mínimo de usuarios potenciales para resultar rentable y no fue hasta 2019 cuando el censo de Aretxabaleta-Gardelegi y el entorno de Esmaltaciones superaron la barrera de los 1.500 habitantes. En la actualidad viven más de 1.800. Sin embargo, la fecha de estreno prevista tuvo que retrasarse otros cuantos meses por una inundación en las instalaciones. Hasta este lunes. Los vecinos han podido en las últimas horas abrir por fin las puertas de los buzones de recogida que, como se ha probado ya en Ibaiondo y se prevé extender por otros puntos de la red, aceptan envases además de materia orgánica. El resto de residuos irán, como hasta ahora, a los contenedores.
Carlos Bernad, presidente de Envac Iberia, aseguró que «esta tecnología contribuye a seguir abundando en el concepto de sostenibilidad». De hecho, la basura que traga esta especie de aspiradora gigante tiene una segunda vida: los desperdicios orgánicos, desde peladuras de fruta a cáscaras de huevo, se trasladarán a la planta de Júndiz –conocida como TMB– para transformarlos en compost y los envases de plástico se reciclarán para nuevos usos. «Este sistema nos permite seguir ahondando en la economía circular y el residuo cero», coincidió el regidor.
El encendido de la central de Aretxabaleta, además, estira una red que atiende ya a unas 34.800 viviendas en Vitoria y a cerca de la mitad de la población local (107.200 personas, un 42,9% del padrón) a través de las tuberías que serpentean bajo el asfalto. En la superficie, sobre las aceras, hay casi 1.300 buzones para la recogida neumática.
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