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La residencia Etxebidea está reservada para usuarios que tienen una discapacidad intelectual con necesidades de apoyo extenso y generalizado, mientras que el centro foral Txagorritxu cuenta con cada vez más gente diagnosticada por deterioros cognitivos y demencias. Muchos de sus usuarios no son conscientes del ... efecto que tienen sus acciones por su deterioro cognitivo. Por eso, el Instituto de Bienestar Social de la Diputación de Álava (IFBS) rechaza catalogar de «violentos» los 49 episodios que han registrado entre ambos equipamientos en los cuatro primeros meses de 2024. Prefiere catalogarlos de «incidentes agresivos». Contabilizando toda la red de geriátricos acumulan 83 manotazos, mordeduras, arañazos, pellizcos, tirones de pelo, insultos o notables faltas de respeto. Es decir, uno cada 1,45 días.
Claro que entre todos ellos se incluyen actitudes violentas con familiares o agresiones a propósito de los usuarios, pero son los menos. «Hay que puntualizar que la mayor parte de estas incidencias se deben a la propia enfermedad de las personas usuarias y no a una violencia consciente por su parte, por lo que no podríamos hablar tanto de violencia como de trastornos del comportamiento», puntualiza el diputado de Políticas Sociales, el jeltzale Gorka Urtaran, en una respuesta por escrito a Claudia Venceslao (de EH Bildu) en las Juntas Generales.
La demencia frontotemporal o la de cuerpos de Lewy cursan comportamientos incapaces de controlar. Lo mismo sucede con discapacidades que pueden agudizar los problemas de relación o comunicación que hacen que de un modo absolutamente involuntario muestren actitudes de enfado que pueden afectar a las personas que les están atendiendo.
Para poner freno a estas situaciones o, al menos, saber cómo actuar ante ellas, este periódico ya informó en octubre de que se está trabajando en un protocolo específico junto a profesionales de enfermería y psiquiatría. Otorgará una herramienta para que las trabajadoras puedan tratar de reconducir la situación de forma conveniente y evitar que se repitan este tipo de percances.
El borrador de este manual se está ultimando y durante su elaboración se detectó la necesidad de actualizar el procedimiento de notificación de los incidentes que se produzcan al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. «Este es el motivo que ha provocado una segunda fase de trabajo para finalizar el protocolo», argumenta Urtaran.
Además de impartirse formaciones específicas, una de las fórmulas más sencillas para poner fin a estas agresiones es que directamente otra compañera releve a la profesional con la que el usuario está obcecado.
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